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El obispo de Bilbao arenga a los hombres a asumir las tareas domésticas en el día de la 'Amatxu'

El alcalde vuelve a bailar el aurresku en la popular romería, que ha vuelto a ser lo que era tras dos años de pandemia

Lunes, 15 de agosto 2022, 14:33

La 'Amatxu' de Begoña ha regresado en todo su esplendor. Por todo lo alto. El buen tiempo, con algunas nubes pasajeras y sin excesivo calor, ... y sobre todo, las ganas de recuperar una de las grandes festividades de la villa después de dos años de pandemia, han hecho que la emblemática Basílica bilbaína del mismo nombre y sus aledaños sean este lunes un hervidero de personas y una auténtica fiesta en la que no falta rezos y plegarias, pero tampoco cánticos, talo y unos tragos de sidra o txakoli.

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Ya sea por creencia religiosa, tradición o por el mero disfrute de una de las romerías más multitudinarias de la provincia, la fiesta de la Asunción de la Virgen es una de las citas más esperadas por los lugareños, pero también por los vecinos de otros municipios que acuden en masa a alguna de las misas que se celebran durante toda la jornada, desde las cuatro de la madrugada, para rendir homenaje a la Patrona de Bizkaia, que se conmemora cada 15 de agosto. Desde primera hora se han juntado en el templo los entusiastas devotos que han peregrinado por la noche para llegar a la primera eucaristía con los que suben por la mañana para asistir a la misa central, que se ha celebrado a las doce del mediodía y ha estado oficiada por el Obispo de Bilbao, Joseba Segura.

Eva y su amigo Iván han llegado desde Okondo, después de una caminata de tres horas y cuarto. Han partido a las 7 de la mañana, sin demasiado madrugón. «Tenía una promesa y este año quería venir andando. No me atrevía, pero me ha convencido y nos hemos animado», ha explicado la joven mientras inmortalizaban la llegada en la entrada del templo. Allí se han juntado con la mujer de Iván y sus dos hijos, Beñat y Markel, de 7 y 9 años. «Nosotros hemos venido en coche, así hemos llegado más rápido», han señalado entre carcajadas ataviados con la elástica del Athletic.

En ese momento, los aledaños del templo ya estaban de bote en bote. Por la mañana se produce un goteo incesante de ciudadanos, pero el mayor momento de apogeo tiene lugar en los instantes previos y posteriores a la misa principal. Los miles de asistentes no han ocultado su satisfacción y alegría porque la cita vuelve a ser lo que era. En los últimos dos veranos, la romería solo se pudo celebrar a medias. Es decir, las eucaristías y nada más, ya que había que evitar los actos que pudieran generar aglomeraciones. De hecho, en el templo hubo limitaciones de aforo. Este año la basílica se ha quedado pequeña para albergar a semejante muchedumbre.

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Veteranas de la romería de Begoña Esther Garay, Amaia Atxutegi, Zorione Santa Cruz, Seli de Prado y Aitziber Zabala, prefieren evitar tanta multitud y acuden desde hace más de una década a la misa de diez, más tranquila. Eso sí, después de haber peregrinado desde Zamudio. A pesar de rondar los 70 años, la cuadrilla está en plena forma. «Nos encanta el senderismo y vamos a andar todos los días llueva, truene o nieve», ha relatado Esther.

Pero también les motivan sus profundas creencias religiosas y han asistido con el listado de plegarias bien preparado: suerte a los nietos en los exámenes y salud para todos sus seres queridos. «Que no falte, es lo más importante, y sobre todo, después de estos dos años tan duros», ha agregado Seli con visibles gestos de emoción. Adoran a la talla y les toca la fibra. Sentimiento puro. «Tenemos una devoción terrible a la Virgen y estamos segura de que nos ayuda», ha asegurado la mujer. Después de cumplir con el ritual, bajada, cómo no a pie, al Casco Viejo y cafecito en el Café Bilbao. Es lo que manda la tradición. «Las buenas costumbres no hay que perderlas», han señalado.

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Recuerdo a las víctimas del covid

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Galería. El obispo de Bilbao ofició la homilía central en honor a la Virgen de Begoña. jordi alemany

Este año, el acceso al templo ha vuelto a ser completamente libre. Se han visto muchos ciudadanos con mascarilla -sobre todo, gente mayor, la población de riesgo-, pero a excepción del pasillo central, el resto del interior de la iglesia y la entrada principal y las laterales han estado atestadas de gente tratando de buscar un hueco para seguir la homilía y ver de cerca la imagen de la Virgen. Dentro del templo sí se ha notado calor, y a pesar de los abanicos, alguna asistente se ha mareado y ha precisado atención sanitaria.

Durante el oficio religioso, el Obispo de Bilbao, Joseba Segura, ha ensalzado a la romería como una «tradición asentada», que se celebra desde 1950, justo cuando se fundó la Diócesis de Bilbao, pero ya mucho antes se celebraba durante siglos en diversos lugares de la cristiandad y era reconocida como 'Dormición'. En su homilía, se ha centrado en recordar que las tareas del hogar y los cuidados a familiares siguen recayendo sobre las mujeres y ha arengado a los hombres a asumir también esas responsabilidades «esenciales» pero que no están retribuidas. «Valoremos el trabajo de cuidar a otros como una contribución esencial de la experiencia humana», ha afirmado.

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Después de la eucaristía, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, antes de protagonizar su momento estelar con el aurresku -cada año más multitudinario-, ha recordado a todas las víctimas del covid y ha lanzado un mensaje de ánimo y condolencia a todos los familiares que han perdido algún ser querido por la pandemia. «Quiero aprovechar para homenajearles con el cariño de todos los bilbaínos».

Asimismo, se ha congratulado por el excelente ambiente y ha agradecido la asistencia de los numerosos ciudadanos que han recalado desde muchas localidades de la provincia. Una convivencia que también ha deseado para la Aste Nagusia, que arrancará el sábado después de dos años suspendida por las restricciones. «Van a ser unas fiestas muy esperadas y quiero pedir unas fiestas en paz y mucha responsabilidad», ha manifestado. A la misa principal también han asistido la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, y la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, entre otros miembros de la Corporación municipal

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