Zaratamo y Zeberio se vuelcan para evitar que sus ermitas se derrumben
En uno de los edificios se ha roto un muro lateral mientras que en el otro las filtraciones del tejado han dañado el dintel de la puerta
leire pérez
Viernes, 26 de noviembre 2021, 21:30
Vecinos de Zaratamo y Zeberio, la parroquias y ayuntamientos de ambas localidades, el Obispado y la asociación Bizkaiko Ermitan Lagunak (BAE), han puesto en marcha una campaña de restauración que evitará que dos significativas ermitas de ambos municipios terminen en el suelo. Los casi dos años de pandemia han tenido efectos perjudiciales en los edificios religiosos en los que no se ofician ceremonias todas las semanas y en los que, por tanto, la afluencia de personas que cuidan de los templos y que incluso se percatan de deficiencias es menor.
Es lo que sucedió, por ejemplo, en el barrio de Burbustu de Zaratamo. la ermita ubicada en el monte Upo, en el que se reza a La Ascensión, estuvo cerrada a cal y canto, y cuando el párroco abrió la puerta a comienzos de año para celebrar la fiesta del barrio se encontró con que no pudo volver a abrirla. «Se derrumbó el dintel de la puerta como consecuencia de las filtraciones de agua del maltrecho tejado y del peso de su modesta espadaña», recuerda el párroco, Patxi Malo, a ELCORREO.
En el interior del inmueble se puede apreciar una ventana medieval que se encontró en la reforma que se realizó en 1982 y que certifica la existencia de una ermita anterior, pero además es el lugar en el que se celebran las fiestas de barrio y que tiene un fuerte valor patrimonial para los vecinos. El Obispado apuntaló entonces las paredes para evitar que se vinieran abajo, pero hacen falta 22.000 euros para poder acometer el arreglo. Ya se ha comenzado a recaudar dinero. «Es la única ermita que tenemos, hay otra, pero se comparte con Zeberio y no podemos dejar caer lo que hicieron nuestros antepasados», reconoce Malo.
Nos falta dinero
En el barrio de Saldarian en Zeberio, aunque a tan solo tres kilómetros de Ugao-Miraballes, el oratorio de San Pedro y San Blas ha corrido mejor suerte porque hace unos días ya ha comenzado la restauración del edificio que ejecuta Construcciones Nervión, después de que se pidieran cuatro presupuestos. «En Zaratamo también queríamos haberlo hecho antes del invierno, pero no hemos podido. Aquí todavía nos falta dinero por recaudar, pero ya contábamos con casi todo para poder arrancar la obra», comenta el párroco.
En el caso de este último inmueble, la reparación tiene un coste de 16.480 euros. En la pandemia se desplomó uno de los muros laterales y, aunque el edificio está equilibrado porque el tejado está soportado en unas columnas de madera, es importante realizar la obra para atajar futuros daños. «Ya que no pudimos el año pasado, sí que nos gustaría poder celebrar este año San Blas», aspira el sacerdote.