«La ostomía no me quitó la vida, me la devolvió»
El hospital de Galdakao ha inaugurado una exposición que busca visibilizar a los pacientes ostomizados mediante fotografías y testimonios
Ainhoa Pérez, fotógrafa del equipo de comunicación del hospital de Galdakao, reflexionaba sobre posibles proyectos para su trabajo de final de curso cuando desde el equipo directivo del centro le propusieron realizar una exposición que se centrase en los pacientes ostomizados. La ostomía es el procedimiento quirúrgico mediante el cual se crea una abertura en el abdomen que permite la salida de orina y heces hacia una bolsa cuando el paciente sufre un problema que le impide expulsarlas de forma natural. Una condición «muy dura de llevar» y sobre la que se ha creado «un tabú». Precisamente para combatir esta problemática y dar visibilidad a la situación de estas personas surgió esta exposición de fotografías que ha inaugurado la OSI Barrualde-Galdakao, con motivo del Día Mundial del Paciente Ostomizado, que tuvo lugar el pasado sábado.
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La muestra recoge imágenes y testimonios de pacientes que han sufrido este tipo de operaciones y deben convivir con ello en su día a día. «A través de la fotografía he querido mostrar, con sensibilidad y respeto, la fortaleza y la capacidad de adaptación de quienes afrontan este cambio en sus vidas», destaca Pérez. Esta iniciativa también ha querido resaltar el trabajo de los médicos y enfermeras de esta disciplina «y el acompañamiento tan valioso que ofrecen», como es el caso del cirujano Vicente Portugal y de las estomaterapeutas Olga Naverán y Maider Zubiaga. Varias de las personas que participaron en la muestra estuvieron presentes en la inauguración. «Ha sido un placer trabajar con ellos. Hemos compartido momentos de confianza y respeto que han hecho que este proyecto sea algo muy especial», señala Pérez.
La subdirectora de enfermería, Marisa Oreja, tomó la palabra durante la presentación dando las gracias a los participantes. «Que relaten sus experiencias supone un gran avance para los profesionales», destacó. Oreja hizo hincapié en una frase de un paciente, que muestra el cambio de percepción que ha habido sobre esta condición: «La ostomía no me quitó la vida, me la devolvió».
Baños adaptados
Uno de estos pacientes es Pedro Lopategi, que fue operado hace veinte años. «Ha habido un avance muy importante en este campo», destaca. Un mes atrás volvió a someterse a una intervención y ahora deberá llevar una bolsa de por vida. «Al principio es duro, por eso es tan importante el apoyo del entorno», explica. Lopategi es miembro de Argia, la asociación de ostomizados de Bizkaia, que lucha por dar visibilidad al colectivo. «Nos apoyamos unos a otros, tratando de normalizar nuestra situación y de eliminar el tabú que hay al respecto. La gente debe saber que hay vida después de la ostomía».
Una de las principales acciones de la asociación se centra ahora en conseguir que los edificios públicos cuenten con baños adaptados a estas personas. Hace tres años, el hospital de Galdakao inauguró uno, el primero en Bizkaia en tener un aseo de este tipo. Posteriormente se han habilitado otros dos. «Es un centro ejemplar en este sentido», asegura Lopategi.
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