Galdakao y Arrigorriaga vuelven a cruzar la línea roja

El coronavirus sigue avanzando implacable en Euskadi. No hay tregua, y la lista de localidades especialmente azotadas continúa engordando. Ni siquiera los municipios de la comarca del Nervión-Ibaizabal han resistido este último embiste –a excepción de Arrigorriaga, que se mantuvo en alerta máxima más de dos meses, el resto de enclaves de más de 5.000 habitantes llevaba desde noviembre en la buena senda–. La localidad de Maite Ibarra volvía a cruzar ayer la temida línea roja al contabilizar 602 positivos. Pero no era la única. Galdakao, la primera en abandonar el temido pozo, actualmente ya son 35 los municipios vizcaínos que han traspasado esta frontera, también amanecía con la mala nueva al sumar 562 casos. «Los datos ya nos avisaban de que esto podía suceder y no hemos podido evitarlo, por lo que pido que nos tomemos en serio las recomendaciones. Y recordar que en Galdakao tenemos todo tipo de comercios y servicios de calidad. Apoyemos lo de casa, cambiemos nuestras costumbres a favor del pequeño comercio y consumamos en ellos», animaba su alcalde, Iñigo Hernando.

Por el momento, esta estela que han dejado los excesos navideños no se ha hecho notar en Etxebarri (340 casos), pero sí en Basauri (436). En tan solo tres días el municipio gobernado por Asier Iragorri ha experimentado un incremento de casi 100 nuevos casos más. «Lo vivo con preocupación. Aunque no estamos en rojo, por la progresión al alza de estos últimos días lo estaremos también en breve», teme el regidor. Y advierte de que ya han puesto en marcha un dispositivo de «vigilancia y seguimiento» en colaboración con la Policía Municipal y la Ertzaintza.

«Todos tenemos que ser muy rigurosos a la hora de cumplir las medidas sanitarias y reducir el contacto social a lo imprescindible. Se harán controles de salida y entrada al municipio en vehículo. También de accesos a pie y de uso de mascarillas, además de los botellones», matiza Iragorri.

Los enclaves que también se encuentran en una situación delicada y no menos preocupante son Zaratamo, Orduña y Zeberio. Aunque ninguna de estas tres localidades forma parte del semáforo vasco –tienen menos de 5.000 habitantes–, todas ellas superaban ayer la barrera de los 500 contagios por 100.000 habitantes.

Quienes ya no saben qué más hacer son los hosteleros. «Era algo que ya vi venir el viernes. Lo estamos pasando fatal. Abriendo como abrimos no da para sostenerse y si encima nos obligan a volver a cerrar pues entonces es imposible. Es trágico todo esto. Y las ayudas llegan, sí, pero con cuentagotas», desvela Álvaro Llonin, restaurador galdakaotarra y portavoz del colectivo que agrupa al sector local.

Ese mismo sentimiento de desesperación y hastío también lo comparten los profesionales de Arrigorriaga, que hasta el pasado día 8 tuvieron que mantener sus persianas bajadas. «Ni siquiera nos han permitido cambiar el decreto que firmamos en noviembre para poder abrir y dar el servicio para llevar. El dinero se acaba y las ayudas no terminan de llegar», lamenta Marijo Ayuso, responsable del bar Imara.

No son los únicos que temen las consecuencias del nuevo paquete de medidas que ha adoptado el Gabinete de Urkullu. Los comerciantes son conscientes de que habrá «mucho menos» tránsito de gente por las calles y, por ende, menos ventas. «Al cerrarse los bares hay mucho menos movimiento. La gente no sale», confiesa Aitziber Bonilla, presidenta de la asociación de comerciantes de Galdakao, Dendari Elkartea. Pero no es lo único que les preocupa.

A fin de contener una pandemia que vuelve a estar disparada, el Ejecutivo vasco ha extendido el confinamiento perimetral a todos los municipios de Euskadi. Y a diferencia del anterior 'cerrojazo', en esta ocasión, sí que no hay válvula de escape porque tampoco está permitido desplazarse a los pueblos colindantes. «Aquí viene mucha gente del valle de Arratia y de otros municipios vecinos. En mi caso, he tenido que anular toda la semana de citas», revela.