La necesidad de impulsar «juicios rápidos» a menores infractores

El razonamiento es sencillo: los jóvenes que son sorprendidos cometiendo un delito tienen una alta probabilidad de reincidir si no son condenados por ello. Se trata de un asunto que ha sido tratado en reuniones entre la Policía y los juzgados de instrucción de Bilbao. Lo sustancial de los juicios rápidos es que permite «agilizar los trámites» de la maquinaria judicial a la hora de que un magistrado revise un hecho delictivo. En el cauce ordinario pueden transcurrir meses antes de que se celebre la vista oral. Y «muchas veces», cuando les llega la hora de sentarse en el banquillo, los acusados han huido de Bilbao, están en paradero desconocido o han seguido delinquiendo. El resultado es que la mayoría elude la acción de la justicia.

Las autoridades policiales también subrayan su efecto disuasorio entre los delincuentes habituales, ya que se extiende el mensaje de que si la hacen, «la van a pagar» pronto. De hecho, una de las ventajas de los juicios exprés es que se consigue que las personas que son detenidas «empiecen a tener antecedentes penales antes», lo que en determinados casos facilita su ingreso en prisión y «evita que sigan delinquiendo» durante un tiempo.

Este es el objetivo también en el caso de los menores. Las fuentes consultadas apuntan que la «eficacia» del sistema depende en gran medida de que se consigan «sentencias firmes». En este sentido, los mismos medios insisten en que el gran número de detenciones de la Ertzaintza y la Policía local no sirven si no se consigue que paren de delinquir. Y para ello es «imprescindible» la instrucción por juicio rápido.

Medios judiciales subrayan que la clave para impulsar los procedimientos exprés reside en la capacidad de la Policía para reunir en pocas horas todas las pruebas e indicios que se necesitan para sentar a una persona en el banquillo de los acusados.