Las monjas del Sanatorio Bilbaíno estudian la venta o traspaso de su clínica de Indautxu
La orden informó a los médicos de un posible cierre el 28 de diciembre para que lleven sus consultas a otros centros
El Sanatorio Bilbaíno busca la manera de continuar con su actividad de atención a los enfermos que inició hace ahora 131 años en la capital ... vizcaína. Durante todo este tiempo, el centro médico, que está gestionado desde su fundación por la congregación religiosa de las Siervas de Jesús de la Caridad, ha permanecido abierto en La Salve y, desde 1901, en Indautxu, en el número 18 de la calle Gordoniz, junto a la plaza Bombero Echániz. Pero el sanatorio atraviesa ahora mismo un momento muy delicado, ya que acumula pérdidas económicas notables en los últimos años. Sus responsables se encuentran actualmente en conversaciones con otra orden religiosa para traspasar o vender sus instalaciones. La idea es intentar que su labor de atención sanitaria encaje en el nuevo proyecto y puedan continuar. Pero es solo una posibilidad. En el peor de los casos, las hermanas creen que está garantizado que el edificio siga prestando un servicio sanitario a los bilbaínos, ya sea con ellas o con los nuevos gestores.
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Además de su labor tradicional, la clínica atiende a los clientes que llegan procedentes de aseguradoras privadas, como IMQ, Sanitas o Mapfre, entre otras. Igualmente, pone a disposición, a través de un sistema de alquiler, varios quirófanos para que se lleven a cabo allí diversas operaciones. Los pacientes de estas intervenciones pueden quedar ingresados y ser vigilados durante el postoperatorio. La plantilla del centro se compone de casi una treintena de trabajadores. También hay médicos autónomos.
El Sanatorio Bilbaíno cuenta con un equipo de Urgencias. Por último, hay otra prestación que la desarrolla una decena de doctores que pasan consulta en sus dependencias. Este grupo de profesionales, entre los que hay varios anestesistas, traumatólogos, médicos de cabecera y cirujanos, pagan una renta y recientemente recibieron una carta en la que se les instaba a buscar otro lugar para instalar su despacho ante un posible e inminente cierre de la clínica. Y, aunque algunos confían en que la situación se reconduzca con el traspaso a otra orden religiosa, la mayoría está buscando o ya ha encontrado otra nueva ubicación. «Nos da pena porque aquí hemos estado muy a gusto todo este tiempo», comentaba ayer uno de ellos. La fecha límite que se les ha dado es el 28 de diciembre. Si las conversaciones en marcha no se concretan, tendrían que abandonar el Sanatorio Bilbaíno a tres días para finalizar el año en curso.
En su momento, la congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad mantuvieron un concierto con Osakidetza para atender en sus instalaciones de Indautxu a pacientes derivados de la sanidad pública para tratar de aligerar las listas de espera. En 2009 llegaron a facturar 1,3 millones de euros por este concepto, pero ese acuerdo decayó en 2016. En aquel momento, la pérdida de enfermos enviados por el Servicio Vasco de Salud supuso un duro mazazo porque era una vía de ingresos adicional para mantener otros ámbitos de su proyecto.
El efecto de la pandemia
Además, la pandemia agudizó la delicada situación contable y comenzó a hablarse de las dificultades para mantener la clínica. La restricciones por el Covid-19 redujeron la actividad y supusieron un aumento en las exigencias sanitarias y de gasto (más materiales, más limpieza, más problemas de personal...). Según las fuentes consultadas, ahora mismo, la coyuntura es difícilmente sostenible sin la entrada de un nuevo gestor.
Pero, ¿quién podría hacerse cargo del Sanatorio Bilbaíno? ¿Quién es la orden religiosa que estaría dispuesta a coger la batuta de esta clínica? Las Siervas de Jesús reconocen que están en marcha unas negociaciones. Precisan que llevan tiempo hablando y que el proceso ha pasado por diferentes etapas y altibajos. Ahora mismo, esos contactos estarían cerca de fructificar. No obstante, para no interferir en la negociación, prefieren no dar a conocer la identidad del otro actor.
En círculos sanitarios se da por hecho que es el Hospital de San Juan de Dios. Este equipo sería el que se haría cargo del sanatorio. Su principal centro médico se halla en Santurtzi, muy cerca del límite municipal con Portugalete. Desde su dirección ni confirman ni desmienten esta información pero dan a entender que están interesados en la operación. A la pregunta formulada por este diario de si van a comprar o entrar en las instalaciones de las Siervas de Jesús, la orden responde que «desde San Juan de Dios se conversa de manera habitual con la gran mayoría de actores del ámbito sanitario, tanto de Bizkaia como de otras provincias, para una mejor salud y un mayor bienestar de la población».
Al contrario de lo que está sucediendo con otros edificios del corazón de Bilbao, que están siendo transformados en viviendas de lujo u hoteles (muchos comprados por grandes fondos de inversión), la calificación de la parcela del Sanatorio Bilbaíno no permite un uso residencial. Si no se da una recalificación por parte del Ayuntamiento, el inmueble está catalogado como equipamiento comunitario (uso 3). Aquí cabría mantener su utilidad sanitaria o tampoco habría demasiados problemas para albergar una residencia de la Tercera Edad, por ejemplo.
El bloque del Sanatorio Bilbaíno no está protegido ni cuenta con un valor patrimonial o histórico declarado. La actual construcción fue levantada a principios de los años 70, en base al diseño realizado por el arquitecto navarro Víctor Eusa. En aquel momento se demolió la obra original, que databa de 1901 y llevaba la firma del balmasedano Alfredo Acebal Gordon, que también fue autor del Teatro Campos.
El Sanatorio Bilbaíno cuenta con planta baja y cinco alturas. Dispone de una superficie construida sobre rasante de 3.132 metros cuadrados, según los datos que obran en el Catastro de la Diputación. Además, se utilizan 549 metros cuadrados de sótano. En 2009, el inmueble se sometió a una rehabilitación de su interior, mientras que la fachada ha sido también mejorada recientemente.
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