Pide ayuda vecinal para evitar que peguen a su hija en el camino del colegio a casa
El pueblo de Portugalete se vuelca para acompañar a la menor, de 12 años, para que ella y sus acosadoras vean que «no está sola»
Diana Martínez
Portugalete
Viernes, 7 de junio 2024
El bullying es una lacra que hay que tomarse muy en serio. Cuando se da dentro de un centro educativo tomar medidas para frenarlo puede ... resultar más sencillo, pero cuando se da de puertas para afuera, la impotencia de no poder controlar la situación es tremenda. Así es como se ha sentido durante las dos últimas semanas Paola, cuya hija de 12 años ha sufrido acoso a la salida del colegio, en el camino de vuelta a casa. Un recorrido de tan solo cinco minutos, entre Sotera de la Mier y General Castaños, pero es un corto espacio de tiempo donde se ha sentido amenazada y ha experimentado el miedo de «casi» ser golpeada por una compañera de clase. «El colegio me ha ayudado desde el principio, tratando el tema con los padres, pero esto ha ocurrido fuera, en la calle, y no lo puedo denunciar en la Ertzaintza al no haberse producido ninguna agresión y que al ser menores de 14 años no va a ir a ningún lado», lamenta la madre, que ha acudido a las redes sociales pidiendo ayuda a los vecinos de Portugalete, donde reside, para proteger a su hija.
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Mi hija es una acosadora
El acoso a la salida del colegio comenzó hace dos semanas, cuando un par de compañeras del colegio se acercaron a la menor para meterse con ella. Paola, al volver del trabajo para recoger a su hija, pudo ser testigo. «En cuanto me vieron llegar, las dos se alejaron en direcciones distintas», relata a este periódico. Al lunes siguiente volvió a repetirse la situación, aunque en esta ocasión la madre no pudo ir a por ella por cuestiones de trabajo. «Cuando mi hija salió no se dio cuenta de que una de ellas la seguía hasta que dijo que quería hablar con ella. Mi niña se estaba poniendo nerviosa, no quería hablar. La acosadora se puso delante de ella para cortarle el paso y la empujó por los hombros para hacerla retroceder, parecía que quería pegarla».
Por fortuna la agresión no llegó a más, gracias a un hombre que pasó por el lugar y fue testigo de la situación. Le recriminó a la acosadora que la estaba molestando y que parara, momento que aprovechó la víctima para volver a casa a paso ligero. «Llorando y con todo el cuerpo temblando me contó lo ocurrido», cuenta Paola, que agradece la reacción del viandante. «Si no fuera por ese señor quizá la habrían pegado». Fue en ese momento cuando, con impotencia, la madre asumió que por cuestiones de trabajo no siempre iba a poder acudir a por su niña, que dos días de esa semana salió antes de clase, por lo que desesperada por la situación decidió optar por pedir auxilio en el grupo de Facebook de Portugalete.
Grupo de padres y madres
«Hay una chica que quiere golpear a mi hija a la salida del colegio, quería saber si hay alguien que tenga libre y pueda recogerla a ciertas horas, ya que tiene un horario variado dependiendo del día. Pagaré por ello», reza su escrito. Dicho y hecho, la ciudadanía se volcó con la familia. Más de cien comentarios de vecinos preocupándose por la situación y ofreciendo sus servicios, totalmente gratuitos. Incluso pusieron sobre la mesa la opción de ir en grupo para hacer ver tanto a la víctima como a las acosadoras que ella no estaba sola. «Muchísimos se ofrecieron voluntarios, fue increíble la empatía de la gente», expresa emocionada Paola. «Estoy super agradecida, es digno de admirar el apoyo del pueblo de Portugalete».
Al día siguiente mostró a su hija todos los mensajes de apoyo que publicaron en Facebook los jarrilleros, que consiguieron animar a la pequeña. De todos los voluntarios, Paola escogió a una estudiante de Formación Profesional que vivía cerca y podía pasar por ella sin problema. En el momento de la recogida, la menor siguió recibiendo burlas. «Le dijeron '¿en serio es necesario que vengan a acompañarte?'. Para ellas era algo leve pero parece que ese día vieron el daño que hacían», lamenta la progenitora. Desde entonces la situación ha «mejorado ligeramente», añade. «Hay malas miradas pero la ignoran, ha parado la confrontación. Ayudó mucho publicarlo en las redes sociales».
El movimiento social generado en Facebook la ha impulsado a querer crear un grupo de padres y madres de Portugalete «para acompañar a los niños que sufran bullying. Que tanto ellos como sus acosadores vean que no están solos, que el pueblo no les dejará solos, porque es así como se pueden frenar estas situaciones».
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