«Necesitamos que nos den respuestas»

Música, velas, rosas y una colecta para repatriar el cuerpo del joven y ayudar a su huérfano de 7 años, Neymar, que reside en Nicaragua junto a su viuda y otros familiares, han formado parte de un acto en el que muchos de los asistentes se han llevado el pañuelo a los ojos. Al propio alcalde de Carranza, Raúl Palacio, se le ha quebrado la voz al recordar al joven, ingeniero agrónomo, y que ejercía de ganadero en el municipio. «Agradecemos mucho el servicio y el trabajo que ha hecho con nosotros. No se ha muerto un inmigrante. El que ha perdido la vida es un chico de 31 años, uno más de nosotros», ha lamentado.

Misael llevaba desde marzo residiendo en el barrio de Villanueva de Presa, en Carranza, y aproximadamente dos años en Bizkaia, pero había hecho numerosos amigos que este sábado compartieron lágrimas con quienes ya le conocían de su país de origen. Ése es el caso de Alberto José Carazo, antiguo compañero suyo de infancia, que ahora reside en Eibar y trabaja de ganadero en Markina. «Justo habíamos quedado en vernos el domingo para comprar un ternero», ha explicado, todavía sin terminar de dar crédito a la muerte de su amigo. «He hablado con sus padres –Pedro y Clara– que siguen en Nicaragua. La madre todavía no se lo cree», se ha dolido el joven, quien ha recordado que el objetivo de su amigo era regresar en el plazo de unos cinco años a su país de origen. «Necesitamos que nos den respuestas. Que esto no quede impune. Si aquí hay justicia, tiene que haberla para todo el mundo», ha demandado.

El acto, organizado desde el Ayuntamiento encartado, que ha contado con un aurresku de honor y un minuto de silencio. El juez de paz, José Antonio Fernández Lombera, ha leído un manifiesto consensuado en el Consistorio en el que se ha lamentado por Misael, «quien vino a nuestro valle buscando una vida mejor y lo que halló fue la muerte». «Nuestro pueblo es un lugar de acogida», ha remarcado el hombre, que también ha reclamado «con urgencia una investigación exhaustiva de los hechos que esclarezca lo ocurrido, y depure responsabilidades si las hubiere».

Este sábado todo han sido abrazos y muestras de solidaridad para Sara, la única familiar directa de Misael presente en Bizkaia que también espera el alivio de una respuesta que aclare cómo se produjo la muerte del joven. Rosa Rugama, nicaragüense afincada en Carranza, ha hablado en nombre de la familia. «Este es un momento de dolor. Se nos rompe el corazón», ha subrayado la mujer.

No ha sido la única compatriota que este sábado ha compartido su angustia. Antes del acto María Irene Poso y Ceiay Monjares han recordado el trato afable de Misael, de quien nunca recuerdan que tuviera problemas con otras personas. «Esto ha sido una tragedia inesperada. Lo que pedimos es justicia», han reclamado.

También los vecinos del municipio que no habían tenido trato con él, como Yolanda Santibañez quien sólo conocía al joven de vista, han sumado su dolor. «Lo que le ha pasado no tiene nombre. Estamos sorprendidos, porque este es un pueblo acogedor», ha subrayado.