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Diana Martínez
Miércoles, 30 de abril 2025, 10:14
Güeñes se suma a la lista de municipios que rechazan el parque eólico de 'El Roble', presentado el pasado ejercicio por la empresa catalana Rapid Reaction Systems, que busca implantarlo en Las Encartaciones. El Ayuntamiento ha plantado cara al plan que prevé construir siete aerogeneradores en su término municipal, así como en los de Zalla, Sopuerta y Galdames, y ha presentado alegaciones contra esta iniciativa, que aspira a disponer de una potencia de producción de 31,5 MW, lo que permitiría dotar de energía eléctrica a unos 20.000 hogares.
Desde el Consistorio han señalado en un comunicado que han preparado un «riguroso documento» con alegaciones presentadas al Gobierno vasco. «Este proyecto pone en riesgo 14,95 hectáreas del municipio, afectando montes de utilidad pública y hábitats de interés comunitario, como los prados pobres de siega y los bosques de ribera», afirman. Además, añaden las mismas fuentes, la instalación de siete aerogeneradores y cinco kilómetros de nuevos tendidos eléctricos suponen «una grave amenaza para especies protegidas, como el alimoche, el visón europeo y diversos murciélagos, además de generar un significativo impacto visual y paisajístico».
El documento señala, asimismo, que el servicio de patrimonio natural de la Diputación define Las Encartaciones como un «enclave crítico para la conservación del alimoche», un valor que el Ayuntamiento está «decidido a proteger frente a una planificación eólica inadecuada», y «comprometido con los intereses» de los vecinos al defender un «modelo de desarrollo sostenible que preserve el valioso patrimonio natural y ambiental» de Güeñes.
Por otra parte, la plataforma Enkarterrin Makroeolikorik Ez entregó ayer, en la Delegación de Industria (Bilbao), más de 2.000 firmas que respaldan una alegación popular contra este parque eólico. A su juicio, el proyecto «amenaza con privatizar terrenos que son montes de utilidad pública, cuando no tiene ninguna utilidad para la población afectada ni contribuye a la supuesta 'transición energética', sino que sólo responde al interés de la empresa promotora en el contexto de una burbuja especulativa», alegan desde la entidad. Además, estas instalaciones «suponen un peligro para la salud de las poblaciones cercanas, pues no se respeta la distancia mínima de núcleos habitados y viviendas, así como una pérdida económica directa para los residentes y para la comarca en general».
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