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Alumnos de Infantil de la Ikastola Begoñazpi, que presentaron su método de enseñanza en torno al ajedrez. s. ll.
Una feria científica despierta las vocaciones del futuro en Güeñes

Una feria científica despierta las vocaciones del futuro en Güeñes

Más de un millar de escolares de 16 centros diocesanos participaron en el encuentro en el que se mostraron los trabajos del alumnado

Sergio Llamas

Miércoles, 30 de noviembre 2022, 15:51

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El colegio Avellaneda de Sodupe (Güeñes) se ha convertido este miércoles en un gran escaparate científico. Más de un millar de escolares y docentes de 16 centros educativos de la red EBI, dependiente del obispado de Bilbao, han participado en la II Feria STEAM con la que estas escuelas quieren potenciar la vocación científica en su alumnado. Proyectos con placas solares, nuevas apuestas pedagógicas, piezas elaboradas en soldadura o brazos robóticos habilitados para desplazarse entre los asistentes han sido algunas de las propuestas mostradas en la muestra.

El consejero de Educación del Gobierno vasco, Jokin Bildarratz, el obispo de Bilbao, Joseba Segura y el alcalde de Güeñes, Juan Andrés Iragorri (antiguo estudiante de Avellaneda) han inaugurado la muestra. Los tres han defendido frente al alumnado la importancia de apostar por las carreras científicas y aportar innovación a la sociedad y «convertir el mundo en un lugar más agradable», ha señalado Segura, quien ha subrayado además la importancia de seguir impulsando estas vocaciones entre las jóvenes.

Alumnos del centro Somorrostro con su solución para mejorar el tráfico en el centro de Muskiz.
Alumnos del centro Somorrostro con su solución para mejorar el tráfico en el centro de Muskiz.

La innovación aplicada a la vida diaria ha sido la principal apuesta de los escolares, que han utilizado todo tipo de recursos tecnológicos para proponer mejoras a su entorno. Tres estudiantes del centro Somorrostro de Muskiz (Ane Escudero, Amira Santos e Ibai Villagra) han presentado así una solución al problema de tráfico que tienen frente a su centro educativo. Además de convertir el actual cruce en una rotonda, han diseñado un sistema con sensores de movimiento para activar una iluminación junto al paso de cebra, indicando de qué lado se aproxima el peatón, y con otros de humedad para reducir automáticamente la velocidad de 50 a 30 kilómetros hora con lluvia. «Lo presentamos el año pasado por primera vez en la feria de Elhuyar y ahora lo traemos aquí», han detallado los participantes.

Los estudiantes de Avellaneda con su puesto de carga.
Los estudiantes de Avellaneda con su puesto de carga.

En lugar de una maqueta, Axier Díez, Andoni Palacies, Malen Díaz y Andrés Guridi, del propio colegio Avellaneda, han presentado un producto finalizado: un banco en el que es posible descansar y cargar varios productos de diferentes voltajes gracias a una placa de energía fotovoltaica. «Se puede cargar cualquier cosa, como móviles o ipads, mientras se está sentado esperando», ha explicado Díaz, quien ha señalado que acaban de finalizar la pieza, y que ésta permanecerá colocada en el patio del colegio para que «todo el mundo pueda utilizarla».

Proyecto de docentes

También el personal docente ha mostrado las innovaciones en las que trabaja. Ander Lasa, del centro Zulaibar de Zeanuri, es uno de los investigadores detrás de un proyecto que prepara un brazo robótico capaz de acercar herramientas y útiles necesarios, sin colisionar con los humanos con los que comparte espacio. «Se le puede encargar que vaya al almacén y traiga tornillos del ocho», ha puesto el joven como ejemplo mientras el dispositivo ofrecía caramelos al público de la feria. También ha demostrado el sistema anticolisiones del que está provisto el ingenio, de unos 60 kilos de peso, 'haciendo palmas' con él.

Ander Lasa junto al proyecto del brazo robótico autónomo.
Ander Lasa junto al proyecto del brazo robótico autónomo.

Aunque la muestra va dirigida a las ramas científicas, también se han presentado proyectos de marcado carácter artístico. Fernando Erranz ha mostrado la maqueta del colegio y sus patios, a escala muy precisa, elaborada hace dos años en metal por sus alumnos de grado medio de soldadura. «Lo hicieron cuatro chavales en el plazo de unas pocas semanas, y es una representación muy fiel», ha remarcado el profesor, que ha puesto en valor algunos detalles llamativos como los árboles también elaborados en hierro, o los focos funcionales que alumbran los patios.

Más entrañable aún es el proyecto acercado por los alumnos de Infantil de la ikastola Begoñazpi de Bilbao. Los pequeños han elaborado un ajedrez gigante, como parte de la enseñanza que ofrece la escuela en materia de ajedrez hasta sexto de Primaria. «El cursillo arrancó hace ocho años y forma parte de la enseñanza lógica y de matemáticas que también incluye robótico y el método Singapur basado en que la temática sea muy manipulativa y vaya de lo más concreto a los principios abstractos», ha explicado el jefe de estudios de la clase, Jon Crespo.

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