El delfín que ha venido a morir a Santurtzi

Fue avistado por primera vez el lunes. Llegó arrastrado por las corrientes. Desde entonces, los voluntarios de Ambar -la sociedad para el estudio y la conservación de la fauna marina-, coordinados con el Ayuntamiento marinero, la Policía Municipal y SOS Deiak, vigilan su evolución. No tienen previsto intervenir para que se deje arrastrar a mar abierto. Los expertos han valorado, con la secuencia de respiración del animal, que tiene un problema de neumonía. El delfín listado es una especie muy pelágica, esto es, viven muy lejos de tierra, en alta mar. Si se acercan a la costa, es porque son conscientes de que su hora es inminente. «Siempre que un animal de este tipo llega por aquí es por algo malo», explicó Gorka Ocio, experto en fauna marina.

El protocolo en estos casos es llamar al 112 y activar la red de varamientos. En ese momento, unos especialistas se acercan al lugar y estudian el estado del animal, así como las actuaciones a llevar a cabo. En este caso, al no estar varado y tratarse de un animal salvaje, la premisa a seguir es la de no molestarle y dejarle morir. «No se ha encallado en la playa, en una rampa, en una red o en las rocas. Está nadando, por lo que no pueden actuar sobre él. Intentaron alejarlo del puerto con embarcaciones y lo único que consiguieron fue causarle más estrés y que su situación empeorase», apuntó Ocio.

Si hubiera estado varado, habría que haberle llevado a un centro especial para delfines, pero en toda la cornisa cantábrica no existe ninguno. La decisión de no actuar sobre el cetáceo está causando mucho revuelo entre la población, que no ha parado de acudir a verle en los últimos días.

Más de 800 personas han firmado en change.org una petición para que el delfín «sea atendido por un equipo especializado que se meta en el agua, lo diagnostique y lo atienda. Si se puede recuperar debe ser atendido o, en caso contrario, acabar con su agonía». PACMA, por su parte, ha solicitado al Gobierno vasco que actúe de «forma urgente» para salvar la vida al animal.

«Hay mucha gente que hagas lo que hagas no lo entiende. Todos los que nos dedicamos a los cetáceos queremos lo mejor para ellos, pero no siempre podemos hacer lo que queremos», lamenta Ocio. En este caso, el delfín se encuentra «muy mal y ha venido a la costa para morir. Hay que respetar la decisión de los expertos y, sobre todo, dejarle tranquilo y que se vaya en paz».