Denuncian una modificación «dudosa» del PGOU de Leioa para actuar en Kukurdi

Modificar el Plan General de Ordenación Urbana de Leioa era uno de los pasos previos obligatorios para poder ubicar en el entorno del convento de las Dominicas en un complejo deportivo. Sin embargo, con la aprobación de este cambio en el PGOU también se pulsó el botón de la opinión pública. Una vez el Ayuntamiento dio su visto bueno a la modificación inicial del mapa, se abrió un periodo de alegaciones. Un mes en el que desde el ámbito de la política y las asociaciones se presentaron escritos con duras críticas hacia la medida. Denuncian que el informe medio ambiental favorable del Gobierno vasco es «deficitario» y que, judicialmente, «la modificación es dudosa».

Es en este último punto en el que EH Bildu hace hincapié. Desde la colación soberanista aseguran «no entender» el giro que se ha dado sobre la reclasificación del terreno. Tal y como recuerdan, un mes antes de la aprobación de la modificación, la clasificación del terreno era hacia suelo urbano y no a urbanizable (que se puede construir). Creen que este «dudoso cambio» se debe a «la imposibilidad de justificar la reclasificación a suelo urbano, por la falta del requisito de integración en la malla urbana».

Desde la plataforma Sos Kurkudi reprochan que «la mayor parte del proceso participativo -exceptúan la sesión del 21 de octubre de 2019- se realizó sobre la propuesta referida a una reclasificación a suelo urbano». Les preocupan las posibles consecuencias en la salud que pueda acarrear la ubicación del club y alegan que la falta de conexión de transporte «aumentará» el uso del vehículo privado y, por ende, «las emisiones atmosféricas y acústicas». El Consistorio anuncia que valorará las alegaciones cuando los técnicos municipales hagan un informe al respecto.

A pesar de que el cambio cuente con el visto bueno medio ambiental del Gobierno vasco, desde EQUO Berdeak consideran que la evaluación presentada «no es suficiente». Advierten que «la artificialización del terreno supondrá la pérdida directa de metros cuadrados que contribuyen a la reducción del CO2».

También preocupan las consecuencias hidrológicas que pueda acarrear. Desde la Asociación de afectados por el río Gobela creen que «poner cemento en la zona podría suponer la eliminación del arroyo Altzaga que nace en la zona». Una consecuencia que podría no haberse tenido en cuenta, creen, por contar con un informe hidrológico «deficitario».