Marea no tan viva en Zorrozaurre
La alerta por una pleamar que amenazaba con anegar Ribera de Deusto congregó en la zona a decenas de curiosos; al final, el agua solo cubrió media calzada
En una tarde soleada de domingo cualquier excusa es buena para darse un paseo por Zorrozaurre. Por ejemplo, contemplar una marea viva. La ... lámina de agua alcanza el mismo nivel que la calzada, de modo que los coches y los botes circulan parejos, a la misma altura. Es una imagen particular. Pero ayer había una preocupación especial porque se esperaba que la ría entrase, otra vez, en la calle Ribera de Deusto. Una de esas inundaciones mansas y progresivas que llegan cuando sube el mar, que avanzan milímetro a milímetro por la zona seca, y que son tan opuestas las temibles riadas.
El Ayuntamiento había llamado a la precaución -especialmente en este punto- durante las pleamares del sábado, de ayer, y también de hoy. Tienen lugar de madrugada y a media tarde. En concreto, ayer a las 5.29 horas y a las 17.46; y hoy a las 6.11 y a las 18.30. El momento más delicado era, supuestamente, la tarde de este domingo, y por eso se acercaron hasta el lugar un buen puñado de curiosos y vecinos. A ver qué pasaba. Muchos aún tenían fresco en la memoria el recuerdo de lo ocurrido a finales de enero, cuando el Nervión subió de tal modo que obligó a cortar Ribera de Deusto y, de ese modo, dejó aislado el barrio porque esta es la única vía de acceso a Zorrozaurre. Ocurrió pocos meses después de abrirse el canal de Deusto, obra que se había presentado como antídoto para las inundaciones. Lo que ocurre es que no para todas. Los expertos explicarían luego que sí alivia las crecidas provocadas por riadas, porque permite desaguar la ría cuando se pone violenta aguas arriba; pero si lo que ocurre es que sube el nivel del mar, poco más da que haya canal o no.
En cualquier caso, ayer había riesgo de inundaciones por mareas vivas, pero no causaron problemas. El agua sí entró en Ribera de Deusto en la zona habitual, la más baja, y llegó hasta la mitad de la calzada. Pero eso no impidió el tráfico rodado. Es más, alegró la tarde a grupos de jóvenes ciclistas que cortaban la lámina líquida pasando por ella a toda velocidad.
Escepticismo y arte moderno
Visto el revuelo, incluso las cámaras de televisión, Ángel Osoro hace un gesto de aburrimiento: «Esto ahora es noticia, pero ha pasado siempre». Si lo sabrá él. «Mi padre era el botero que salía desde allí», y señala el embarcadero próximo. Es escéptico con la utilidad del canal de Deusto para evitar inundaciones, y también con la efectividad de los sacos terreros que trataban infructuosamente de contener el agua. Los operarios municipales los habían colocado en los huecos del murete que separa la calzada de la ría, pero era como si no estuviesen. «Eso no vale para nada», señaló la evidencia. «Los ponen sólo para hacer que hacen».
Junto con espectadores que sacaban fotos, personal del Ayuntamiento vigiló la zona hasta que, a punto de dar las seis de la tarde, ya se daba por superado el episodio. También estaban allí Irati Urrestarazu, escultora, y Oihane Iraguen, artista sonora. Esta última introducía un micrófono en el agua, mientras la primera grababa un vídeo. Estaban poniendo los mimbres de un proyecto en el que buscan elaborar la «cartografía sonora de la zona, tanto por encima como por debajo del agua». Podría ser la primera vez que se recoge cómo suena una marea viva a su paso por Zorrozaurre.
Hasta el próximo año no habrá un episodio semejante
Hasta el año que viene no va a volver a haber una marea tan alta como la que se vio ayer, con 4,8 metros de altura. La de hoy a media tarde se quedará en 4,77, según la tabla que publica el Puerto de Bilbao. Y a partir de ahí, en días sucesivos esta semana, seguirá bajando.
¿Quiere eso decir que nos despreocupamos durante meses? No. El nivel hasta donde llega el agua no depende sólo de la posición de la luna -es lo que, esencialmente, se tiene en cuenta en las tablas, porque es lo predecible-, sino de otros factores. Uno importante es la presión atmosférica: cuanto más alta es, más 'aplasta' la lámina de agua, y menos nivel alcanza. Lo contrario ocurre con las bajas presiones. El pasado enero, cuando ocurrieron las inundaciones en Zorrozaurre, había 1.005 milibares de presión (lo normal son 1.012), y eso elevó diez centímetros el nivel de la ría.
Luego, por supuesto, influyen las lluvias: si el Nervión baja cargado, no hacen falta mareas extraordinarias para hacer sonar las alarmas.
La clave
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18.30 es la hora a la que se producirá la marea viva de hoy por la tarde, la última pleamar de este episodio que ha puesto en alerta al Ayuntamiento desde el sábado.
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Un proyecto Artistas locales aprovecharon para grabar cómo suena la ría por debajo del agua
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