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«Hay que aguantar lo que se pueda y un poco más», dice José Ignacio Pardo, propietario del recinto. luis palomeque

«Mantener cerrado el zoo durante tres meses nos ha costado 150.000 euros»

El parque de Santillana del Mar solo se había visto en otra una vez en sus 43 años de historia. Corría 1979 y el parón de actividad solo duró un día

pablo martín ariza

Lunes, 24 de agosto 2020, 01:14

José Ignacio Pardo de Santayana, propietario del zoo de Santillana del Mar, en Cantabria, ya contaba con el cierre del recinto antes de que se ... produjera. «En el año 57 viví la gripe asiática y lo que supuso, así que esta vez me atrincheré en el zoo, ya que nosotros vivimos aquí». En los 43 años que lleva abierto, solo habían cerrado un día. En 1979. Echar la verja durante tres meses les ha supuesto unas pérdidas de 150.000 euros.

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Con unos gastos totales de un millón de euros al año, el confinamiento se les hizo demasiado penoso hasta la reapertura, a finales de mayo. «Fue emocionante, pero ahora mismo tenemos una espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Esperemos que finalmente no nos caiga encima». Pardo llevaba desde el 8 de enero haciendo un vídeo diario sobre curiosidades del zoo. El día que volvieron a levantar la cancela, no pudo terminarlo: «Cuando vi que abrimos la puerta, me resultó imposible seguir grabando».

La gente ha respondido, aunque confiesa que todavía no ha visto a un extranjero por allí. «No sé lo que es oir un 'good morning'», bromea. Los visitantes veraniegos están llegando de comunidades cercanas: Euskadi, Asturias, Castilla y León o la propia Cantabria.

El número de visitas ha bajado considerablemente, claro. Han perdido todas las excursiones de niños y también se deja notar la disminución del consumo en la cafetería por parte de las familias. En julio de 2019, vendieron 18.000 entradas. Este año han conseguido llegar hasta las 14.000, cifra que consideran «buena, teniendo en cuenta la situación».

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En los 60.000 metros cuadrados que ocupa el zoo conviven infinidad de especies, cuya alimentación supone 150.000 euros anuales. Los animales también han extrañado al público durante tantos días: «Sobre todo los grandes primates, que tienden a interactuar con la gente. Siempre permanecen atentos a las visitas, y cuando íbamos se ponían muy contentos».

El 'Revillavirus'

La opción de clausurar definitivamente las instalaciones nunca estuvo sobre la mesa. «No puedes dejar que el parque desaparezca sin antes poner todos los ahorros de tu vida -explica José Ignacio Pardo-. Aguantaremos lo que se pueda y un poco más». Durante la reapertura ha tenido diferencias con el Gobierno de Miguel Ángel Revilla. Incluso ha llegado a dedicar dos de sus vídeos al que llama 'el Revillavirus'. Opina que la Administración cántabra les hace competencia desleal en favor de Cabárceno.

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