«Llevamos tiempo con el skatepark roto»

La nueva pista de Olabeaga, que supuso una inversión municipal de 225.000 euros y que se construyó para «propiciar la práctica de deporte entre los jóvenes», está causando diferentes opiniones entre los usuarios. Contiene diferentes módulos para rampa y calle: tiene una 'bowl' (bañera) de nivel superior, una pirámide, barandillas y cajones en plano y en cuesta, y un par de rampas pequeñas. Para Mikel, un usuario que está deslizándose por la barandilla, «está muy bien si sabes patinar». Porque por mucha variedad que ofrezca, a su juicio, no es un parque hecho para aprender. «Si yo tuviese que empezar, no es la que elegiría», sostiene. Se ve que él viene aprendido, y le parece bien que sirva para sustituir al de Deusto.

Luis, que lleva sobre ruedas desde los 11 años, opina lo contrario. «Lo han hecho muy mal. Nosotros hemos estado viniendo mientras lo estaban construyendo. Un día vimos que estaban poniendo la barandilla justo en la caída de otro módulo. Tuvimos que decirles que eso no iba ahí, y hablando con el contratista, nos dimos cuenta de que no tenía ni idea de skate. Es como pedirle a un zapatero que te haga un reloj», explica. Pero también se queja de la calidad del cemento. «El suelo está en pésimas condiciones. Si está así ya, no quiero pensar como estará dentro de dos meses», concluye.

Poco después de que este periódico le trasladara las denuncias de los skaters sobre los desperfectos, el Área de Obras y Planificación Urbana del Ayuntamiento de Bilbao, responsable de la construcción y mantenimiento, ha parcheado un trozo de una grieta grande en Olabeaga, aunque los daños en otras zonas siguen siendo notorios. En respuesta a las críticas de los usuarios, la concejalía sostiene que ha consultado con una asociación de patinadores y que ha seguido sus indicaciones, ya que «existe una normativa para el diseño y la construcción» de pistas. En cualquier caso, se compromete a reparar los desperfectos, pese a que no concreta los plazos de ejecución.

Los otros dos skateparks de la villa se encuentran en 'standby', dado que están dentro de diferentes proyectos de remodelación. Según fuentes del Ayuntamiento, las obras de la pista del Parque Etxebarria están en tramitación y comenzarán en los próximos meses. Hasta entonces, sigue abierta al público. «Está muy bien para principiantes, pero el suelo está roto», relata Álvaro, de 21 años, mientras señala los agujeros. Los principales módulos son la 'bañera' y la 'mini rampa', que según dice, «está mal hecha». «El 'cooping' -la barra de hierro que remata las rampas- está salido. Se intentó arreglar, pero sigue mal, y el 'bowl' lo estamos arreglando nosotros con nuestro dinero. Ponemos un bote para comprar cemento y aguanta dos meses», advierte.

El recinto de Deusto, junto al IMQ, también sigue accesible hasta que lo derriben. Aimar es uno de los muchos patinadores que ha aprendido aquí casi todos sus trucos. «Es una pista que está bastante bien para empezar. Puede venir cualquiera». Lo que más le gusta es la mini rampa, pero admite que hay que andarse con ojo desde hace cinco años. «Es a lo que más jugo le saco, pero está lleno de agujeros y las planchas están sueltas. Un día estaba patinando tranquilo y al hacer un truco, se me hundió el patín y me caí para atrás», cuenta.

Los skaters asumen que pueden sufrir caídas, pero no por el mal estado de la pista. «Esas son los peores, porque no te los esperas y son por falta de mantenimiento. Cuando vienen de fuera a patinar, acuden a este parque y al verlo nos dicen: '¿Cómo patináis así?'. Y es que hemos aprendido aquí», declara Aimar.

No ve con buenos ojos que cambien este skatepark por el de Olabeaga, pero sí nota un cambio de actitud en el Ayuntamiento, aunque sea con cierto escepticismo. «Quizá el hecho de que sea un deporte en los Juegos Olímpicos traiga algo bueno, pero llevamos tiempo patinando con la pista rota. De repente les interesa el skate. Nosotros estamos todos los días. Nos tendrían que hacer más caso».

Sea cual sea la razón, el Consistorio quiere fomentar este ejercicio que exige constancia y dedicación. O como dice Aimar: «Caerse y levantarse, y no parar hasta planchar el truco».

El skate ha sido estigmatizado por su carácter callejero, pero Aimar, Luis y Álvaro se definen como gente normal, «locos por el skate».

- ¿Cómo es la vida del skater?

- Aimar: Depende para quién, cada uno es diferente. Somos como cualquier otra persona, pero locos por el skate. Una vez que le pillas el truco ya no puedes parar.

- ¿Siempre lleva el skate?

- Luis: Suelo llevarlo a todos lados, si puedo, voy con el patín. Cuando salgo de viaje o por la ciudad y veo la arquitectura no puedo evitar pensar en patinarlo.

- ¿Sirve para socializar?

- Álvaro: Yo tengo una cuadrilla del colegio, y otra más grande que he hecho patinando. Vas a cualquier pista y siempre vas a encontrar a alguien conocido que te presente a los demás. Siempre hay buen rollo. Al ser algo individual, a todo el mundo le parece bien lo que haga el otro, siempre que haya respeto.

- ¿Qué ropa se usa para patinar?

- Aimar: Pantalones y zapatillas resistentes, aunque cada uno tiene su estilo. A mí me gustan las camisetas con humor inteligente, y al ver que las marcas no nos representan y van al negocio comencé a diseñarlas y hacerlas en 2012 para la escena 'underground'. Con los beneficios hemos sacado adelante una revista que se llama 'Artekaso'.

- ¿Skate en los Juegos Olímpicos?

- Álvaro: No me parece mal del todo, pero pretenden cambiar la esencia. No es tan riguroso y lo van a organizar demasiado. No va a ser puro.

- Aimar: Es una subcultura urbana, no un deporte. Es una fiesta donde todo el mundo gana. Me parece mal porque vendrá una generación que lo verá como un deporte, cuando es una pasión.