Hosteleros vizcaínos rechazan la idea de pedir los pintxos con papel y boli
Restauradores de la Parte Vieja de San Sebastián instauran este sistema para agilizar el servicio y que los clientes paguen «lo que consumen»
Los hosteleros de la Parte Vieja de la capital guipuzcoana sorprendieron ayer a sus colegas con una iniciativa totalmente inusual que no tiene demasiados visos ... de prosperar, al menos de momento, en Bizkaia. Los propietarios de estos bares trabajan con la idea de incorporar un impreso para que los clientes pidan los pintxos con papel y bolígrafo y esperen sentados a ser servidos.
La medida, en principio, está orientada a grandes grupos de gente, que habitualmente piden más que el cliente local. «Siéntense, cojan un papel y boli, anoten los pintxos que deseen pedir y esperen sentados». Esta frase se escucha cada vez con más frecuencia en algunos establecimientos de Donostia cada vez que una cuadrilla o un grupo de turistas entra a ellos. Algunos establecimientos obligan a anotar los bocados en una hoja. Cada uno tiene un número asignado. Este modo de trabajo pretendería agilizar el servicio en beneficio de hosteleros y clientes.
Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia (AHB), duda de que una medida de estas característica se imponga en nuestro territorio, a diferencia de lo que supuestamente se avecina en San Sebastián, donde se da por hecho que «ha llegado para quedarse».
«De optar por una medida parecida, elegiríamos un modo de cobro más sostenible y tecnológico»
Sánchez confirma que, salvo franquicias conocidas, como la de '100 montaditos', ningún local radicado en Bizkaia utiliza esta fórmula e insiste en que se trata de una práctica que no ha sido respaldada por el gremio de hostelería de Gipuzkoa, sino solo por «los de una zona».
Félix Parte, propietario del grupo La Olla, afirma que le gustaría verse en la tesitura de sus colegas donostiarras. «Pero, por desgracia, no vendemos, ni por asomo, las cantidades que despachan ellos». De optar por servir los pintxos a golpe de formulario, elegirían, en todo caso, un método «más sostenible y tecnológico», como la implantación de una app. Sin embargo, el gremio sigue sin contemplar la necesidad de llegar a ese extremo. «Es verdad que muchas veces sacas a la barra 100 gildas y solo cobras 40. Creo que lo que buscan nuestros compañeros es, precisamente, que cada cliente pague lo que realmente pide», desliza el dueño de un bar del Ensanche.
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