Gorliz dice 'no' a los espectáculos con vaquillas en sus fiestas en una consulta con baja participación

Las vaquillas ya no volverán a saltar al ruedo en las fiestas de Gorliz. O al menos, eso es lo que quieren los vecinos. Con un 76,3% de los votos, la gran mayoría de los residentes del municipio rechazó ayer la continuidad de este espectáculo dentro del programa de Santiago. Quieren poner por tanto punto final a una cita que había sido un fijo en el cartel, pero también un blanco de las críticas. Durante las últimas ediciones se había generado cierta controversia entre quienes querían que se mantuviese la exhibición y los que la consideraban un «maltrato animal». Consciente de este debate, el Ayuntamiento optó por llamar a los vecinos a las urnas para pulsar el botón de la opinión pública y zanjar la polémica. Y el recuento reveló ayer un rechazo casi abrumador.

La consulta, sin embargo, no será vinculante. Es decir, que el Consistorio no estará ahora obligado a obedecer la opción más votada. Pero este escenario de desoír la postura vecinal fue descartado desde un primer momento, ya que desde la casa consistorial apuntaron que trasladarían a pleno la opción más votada. Es decir, que tras la votación de ayer –con 689 noes y 211 síes- será finalmente la cámara local quien debatirá si acatar el resultado y hacer oficial en las próximas fechas la eliminación de las novillas de cualquier acto que tenga lugar en las fiestas que arrancarán en seis meses.

Una decisión tomada en una cita inédita, porque hasta ahora nunca antes Gorliz había elevado una decisión municipal a votación popular. Aunque, este estreno estuvo marcada también por la baja participación, con poco más de 900 vecinos que acudieron a depositar su voto, alrededor del 18% del censo. Y eso que el goteo de votantes que acudió al salón de plenos del Ayuntamiento aumentó a medida que avanzaba el día. No obstante, la consulta quedó lejos de las más de 5.000 personas que estaban llamadas a depositar su papeleta respondiendo con un 'sí' o un 'no' a la pregunta directa que se les formulaba: '¿Quieres vaquillas en fiestas?'.

Aun así, la alcaldesa Nagore Utxupi se mostraba contenta por la participación. «La gente ha tenido en cuenta que la opción está en sus manos», resaltaba. Una jornada que guardó cierto parecido con unas elecciones convencionales, aunque con la novedad de que la edad mínima se rebajó hasta los 16 años. Y que estuvo empañada por las pintadas que aparecieron en la plaza del Ayuntamiento en las que se pudieron leer mensajes como «por un Gorliz sin maltrato animal» o «menos policías y más vaquillas».

La balanza, instalada en la calle después de que el pasado 20 de diciembre la cámara local aprobase llevar la decisión a votación, finalmente se inclinó por aquellos partidarios de la eliminación de esta exhibición. «El pueblo acaba de dar un paso hacia adelante, era una salvajada lo que se estaba haciendo hasta ahora con las vaquillas», celebraba José Pérez, quien se decantó por el 'no'. Al igual que Miren Ibarreta, quien compartió voto con su hija, porque ésta aún no está en edad de votar. «No nos gustan, me parece bien que se quiten», compartía tras pasar por la urna.

Un referéndum que para Fátima Rousse «llega tarde», aunque aplaudía el paso dado ahora. «Nunca he ido porque me parece un maltrato animal, no es bueno que los niños vean algo así», censuraba. ¿Y qué hacer ahora en este espacio vacío generado en el programa? Xabier Etxebarria apostaba por «poner un buen concierto, que seguro invitará a un gran número de personas a acercarse a Gorliz».

Las opiniones eran radicalmente opuestas entre aquellos que abogaban por mantener estos espectáculos. «Siempre me han gustado y me seguirán gustando, incluso saco fotos cada vez que voy. Lo único que cambiaría es que no pudiesen entrar chavales, porque aún no son conscientes de lo que están viendo», señalaba José Olabarrieta. Una idea refrendada por Alberto Blanco, quien «por tradición y por pasar un buen rato» quería que se mantuviese el festejo. «No hay sangre y no creo que sufran, a diferencia de los toros», razonaba. No obstante, las capeas en Gorliz podrían desaparecer también con las vaquillas.