La falta de un sistema de alerta eficaz hizo que miles de vizcaínos bebiesen agua sucia del grifo
El Consorcio delegó en los Ayuntamientos el aviso de que no se consumiese, pero usaron redes sociales a las que muchos vecinos son ajenos
Hace unas décadas, cuando un pueblo sufría un fallo en el abastecimiento de agua, salía un coche con unos altavoces puestos en el techo que ... recorría las calles pidiendo a la gente que no bebiese del grifo. Se recibía el mensaje inmediatamente.
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El sábado, pasadas las once de la mañana, reventó una tubería en Erandio -una vital, la que surte a la Margen Derecha-, y generó problemas en la calidad del agua, por lo que el Consorcio pidió que no se consumiese en los municipios de Erandio, Loiu, Zamudio y Mungia. Pues más de 24 horas después, el domingo a mediodía, varias personas indignadas compraban botellas en una de las gasolineras de Loiu. «¿Qué pasa esta mañana con el agua, que todos venís a por ella?», lanzó la dependienta. «Acabo de ver en el periódico que no se puede beber la del grifo», le explicó una vecina. «Todas estamos igual», bramó otra. «Dicen que el alcalde mandó ayer un wasap, pero yo no me enteré hasta ahora».
Unas 47.000 personas en los cuatro municipios estuvieron más de un día recibiendo en sus casas agua en mal estado, hasta las nueve de la noche del domingo, cuando el Consorcio levantó el aviso. Y un número indeterminado ni se enteró. Otras muchas lo hicieron con horas de retraso y tras haber continuado con sus rutinas, entre las que está beber del grifo. Esto ocurrió porque la proporción de la población que está pendiente de las redes sociales de los Ayuntamientos es escasa, y es esta la vía de la que se valieron fundamentalmente estas administraciones para avisar a sus vecinos.
¿Cómo es posible que en plena era de la información los mecanismos de alerta a la ciudadanía parezcan más ineficientes que aquellos tan pedestres de hace décadas? «Todo es susceptible de ser mejorado», admite Pedro Barreiro, director general del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia. ¿No hay un protocolo específico para estos casos? No.
«Lo que nos pareció más prudente y eficaz fue enviar mensajes a los cuatro ayuntamientos afectados, a los cuatro alcaldes, para que fuesen ellos quienes avisasen de manera más inmediata y directa a sus vecinos», argumenta Barreiro. En su opinión, lanzar un aviso de carácter general podría haber causado una alerta injustificada en otros municipios. «En Valencia, con la dana, la crítica es que no se había informado a los alcaldes», añade. Así que esa es la vía por la que se apostó aquí.
El problema parece ser que ciertos ayuntamientos carecen de dimensión, estructura o pericia suficiente para llegar a sus conciudadanos. En Zamudio alegaban ayer que el Consistorio estaba cerrado el sábado y que el técnico que recibió la información dijo que tomar medidas era competencia del Consorcio; este gobierno municipal colgó en Facebook un aviso de que no se debía beber el agua del grifo a las 21.44 horas. Más de diez horas después de la avería y más de dos horas después de que el Consorcio de Aguas enviase un aviso a los medios de comunicación.
Eso sí, en esa primera comunicación del Consorcio solo se hablaba de Loiu y Erandio como zonas afectadas. Luego, el domingo a las cuatro de la tarde, se incluía a Zamudio como municipio en el que se «mantiene» la restricción y se añadía a Mungia.
«Lo que nos pareció más eficaz fue informar a los alcaldes para que ellos avisasen a los vecinos»
Una lección gratuita
Ni Loiu, que colgó un aviso en su página de Facebook a las 20.17 horas, ni Mungia, que no lo hizo en ningún momento, quisieron dar ayer explicaciones sobre lo ocurrido. En Erandio, sin embargo, fuentes oficiales aseguran que «estuvimos al tanto desde el minuto uno de todo lo que estaba ocurriendo», y que a las dos y cuarto del mismo sábado habían dado la alerta de que el sistema de abastecimiento tendría menos presión. Aseguran, además, que a lo largo de la jornada enviaron «SMS, wasap» y llamaron por teléfono a «comerciantes, grupos de jubilados, asociaciones, empresas, colegios, ampas...». A las siete de la tarde, antes de que el Consorcio de Aguas mandase su aviso, ya habían puesto en su Facebook que no se bebiese del grifo. Eso sí, desde el gobierno de Erandio apuntan que la responsabilidad de gestionar el asunto es del Consorcio y que lo que ha hecho el Ayuntamiento ha sido únicamente «complementar la información».
Ante semejante panorama la asociación vecinal de Erandio puso voz al descontento ciudadano. Su portavoz, Kike Prada, lamentó que solo se diese el aviso por redes sociales sobre todo teniendo en cuenta que el fin de semana los seguidores de las administraciones locales en esas redes andarían a otras cosas. «No hubo ni anuncios por megafonía, ni bandos en los portales, ni nada», se dolía ayer. También hizo ver que las personas más frágiles, las mayores y las que menos salen de sus casas, son precisamente quienes menos se han enterado de que no debían beber del grifo.
En el Consorcio asumen que hay margen para ganar en eficiencia: «Todo es susceptible de ser mejorado»
En esta ocasión el incidente no parece haber tenido efectos muy negativos o, al menos, no se conocen. Explica el director del Consorcio que la recomendación de no beber estuvo guiada por una «política muy conservadora» en el ánimo de evitar cualquier riesgo. Porque, recuerda, la turbidez no estuvo motivada por ningún compuesto químico peligroso sino por el sedimento de las propias tuberías, que fue levantado cuando se habilitó una vía de suministro alternativa que propició la entrada de agua en ellas por lugares diferentes a los habituales y, además, con más velocidad de la que es normal. Por otro lado, «todas las muestras que hemos tomado tenían trazas de cloro, que es un elemento desinfectante».
Pero el episodio ha servido para poner de manifiesto la ineficiencia de los mecanismos de aviso a la ciudadanía. Desde el Gobierno vasco señalan que en este asunto no tienen competencia, pero sí en otros, y disponen de diferentes protocolos: desde sirenas en los municipios donde hay empresas químicas para alertar de posibles fugas, hasta las alertas meteorológicas en las que, eso sí, los ayuntamientos también tienen la responsabilidad prioritaria en el aviso a los vecinos.
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