«Las empresas vascas quieren invertir en Venezuela, pero el bloqueo se lo impide»

- Tras dos años en Bilbao, ¿ha podido volver a Venezuela?

- Tuve la suerte de ir otra vez en noviembre, justo a sembrar el retoño del árbol de Gernika, y me llevé una sorpresa increíble.

- ¿En qué sentido?

- Me encontré una Caracas hermosa y un país que ha tenido que crecer internamente ante las sanciones internacionales impuestas. Hemos pasado años muy duros en el que no ha entrado ni un dólar de exportación petrolera e incluso hubo un momento en el que se sembró la violencia, también entre aquellos vecinos que pensaban diferente. Pero hemos sabido reinventarnos.

- ¿Y se percibe esa confrontación entre los venezolanos que ahora acuden al consulado?

- Para nada. La relación es amigable y no hay distinción política para atender a unas u otras personas. Buscamos que se sientan como en casa.

- ¿Qué explica de Bilbao cuando viaja y le preguntan?

- Siempre digo lo mismo a todos. Es una ciudad muy diferente a Venezuela en cuanto a arquitectura, pero muy parecida respecto al trato. Siento cada día ese cariño y fraternidad y desde el primer día doy gracias de haber llegado. ¡No saben la ciudad que tienen! Bilbao ofrece de todo.

- ¿Cree que hay miedo por invertir en Venezuela?

- Ni siquiera hay desconfianza. La cuestión es que no se puede porque el país tiene limitado su sistema financiero. Si vas a comprar algo, no hay manera de pagarlo. El bloqueo no permite hacer movimientos bancarios.

- ¿Quiere decir que si no existiese ese 'bloqueo' las empresas vascas sí invertirían en Venezuela?

- Totalmente. Desde que llegué a Bilbao se ha hecho un enorme trabajo de acercamiento, no solo en las instituciones públicas, sino también privadas. Muchas empresas quieren viajar a Venezuela, pero las sanciones no se lo permiten. De hecho, cuando se levantaron algunas, los primeros envíos de petróleo que se hicieron fueron directos a Bilbao.

- ¿Cómo un país con tantos recursos arrastra una tasa de pobreza tan elevada (más del 50%)?

- Hay muchas verdades a medias. En el inicio del gobierno de Hugo Chávez se cumplieron los Objetivos de Desarrollo del Milenio para erradicar la pobreza, pero con una guerra económica como la actual, en la que incluso desaparecieron los billetes, es normal que haya pobreza. Hubo un tiempo en el que no se encontraban alimentos de ningún tipo. Ahora, en cambio, se estima un crecimiento.

- El año pasado llegaron miles de venezolanos a Bizkaia, 1.770 según el INE.

- La migración de Venezuela es económica, no política. Muchos buscan un futuro profesional sólido ante la inestabilidad y hay quienes incluso gozan de tener la doble nacionalidad.

- Pero también los hay que buscan asilo. Acnur habla de un millón en todo el mundo.

- Hay mucha gente que llegó a España por cuestiones económicas, pero la manera más fácil de conseguir un permiso era solicitar asilo. Si buscas realmente cuántos refugiados políticos hay, te das cuenta que son muy pocos. ¿Y quiénes sí lo son? Desgraciadamente gente que violentó mi país.

- ¿Se ha adaptado bien la comunidad venezolana en Bizkaia?

- Hasta ahora todos hablan muy bien. Los venezolanos son personas trabajadoras, educadas, que no son conflictivas.

- ¿A qué tipo de dificultades se enfrentan?

- Es complejo. Muchos son profesionales que no pueden desempeñar sus funciones en Venezuela y se limitan a hacer trabajos de un nivel más bajo. Nos encontramos con subcontratados, pero también conozco a los que han tenido que superar barreras para ejercer sus títulos universitarios. Incluso a los que han abierto negocios. Mi consejo es que aprendan euskera. Es la única manera de estar bien integrados y de conseguir un puesto público.

- Considera que es una población asentada, entonces.

- Sí. No hay muchos ciudadanos que aseguren que vivan mal. Y atendemos a unas cien personas diarias en el consulado. Pero es verdad que hay mucha gente ilegal, es innegable. Trabajar en negro es una dificultad porque les mete en un grave problema. También los hay que han pedido que les ayudemos a volver a Venezuela porque aunque aún hay una alta inflación, se está viviendo bien.

- ¿Cómo es la relación España-Venezuela?

- Buena. Una relación de respeto por la soberanía de cada país.

- Este año Venezuela celebrará elecciones. ¿Libres?

- Sí. Me ha tocado estar varias veces en las mesas electorales y aseguro que el control de voto es exhaustivo. Me siento igual de libre en España que allí y creo que Maduro seguirá en el poder. No hay una oposición coherente.