La noche bilbaína busca recuperar la gloria perdida

Del Hoyo, empresario de la noche y de la moda –suyos son los pañuelos de fiestas estampados con baldosas que arrasaron en la Aste Nagusia de hace más de una década– ha tomado el número 6 de esta pequeña calle. Lo hace con un propósito: ampliar el radio de acción en una ciudad que pide a gritos nuevos y modernos espacios, pero con una particularidad, más en tiempos de pandemia. Por aquello de la seguridad, nada de aglomeraciones ni masificaciones, aunque sin renunciar tampoco a ningún tipo de clientes.

Nassau, con capacidad para 110 personas, juega, desde la semana pasada, con las cartas bien marcadas. Ofrece «buenos tragos» a una clientela interesada en la «calidad y la tranquilidad» sin necesidad de pasarse la noche dando saltos hasta las seis de la mañana. Bueno, esto antes de que estallara el coronavirus. Esta nueva historia va en plan muy 'slow', con aires cool.

Del Hoyo, cuya trayectoria está ligada a algunos de los clubes más punteros de la capital vizcaína –la sala Marquee de General Concha fue uno de sus últimos pelotazos–, siempre ha trabajado con locales de diseño, los mismos que empezaron a reinar en esta arteria hace 50 años cuando surgieron, entre otros, el Drugstore, en forma de restaurante de lujo. Cuando echó a andar, recuerda el empresario, lo hizo hasta con una tienda de ropa dentro, 'Oh Teresa'. Lo más.

Eran otros tiempos. Luego llegaron el mítico Flash y el no menos histórico Bluesville, que sigue con las persianas bajadas por los efectos de la pandemia. Pero, de ser la reina de la noche, empezó a cotizar a la baja y, de repente, perdió casi por completo su encanto. Se convirtió en el patito feo y olvidado de la noche. Sin punch, sin emoción, solo aliviada en parte por el trabajo sin desmayo de pubs como el Azzurro, que han mantenido la cabeza bien erguida con una clientela de lo más fiel. Curiosamente, esta pequeña calle vuelve a vivir un gran vigor comercial, de la mano de comercios como Kocco, un referente en la moda de hombre.

Nassau, que en su día fue un restaurante mexicano, busca dar la vuelta a la tortilla y situarse a la altura de los sitios más 'in' de Bilbao: Ledesma, Heros y Henao. El establecimiento dispone de tres espacios diferentes. Uno, a ras de calle, al que se accede directamente; otro en la planta superior, reservado para el fumeteo con 'shishas' (pipas de agua), y una barra en el piso de abajo.

La fórmula se acompañará de una banda sonora plagada de música house comercial. El reguetón brillará casi por su ausencia. Así que no será la mejor opción para los amantes de los ritmos súper calientes y latinos. Del Hoyo, que ha organizado todo tipo de eventos, incluidos desfiles de Carolina Herrera y Paco Rabanne, se centrará en la franja de treintañeros a la busca de «una buena copa» después de «las comidas o cenas». De hecho, las barras quedarán al cuidado de bartenders de prestigio.

«Queremos volver a ser una zona puntera». Desde las cuatro de la tarde hasta la medianoche. «Ahora mismo no hay muchos sitios como el nuestro en la ciudad», se felicita Del Hoyo, que ha arrancado el primer fin de semana con llenos. «El sábado estuvimos hasta arriba», subraya. No ha hecho más que empezar y cada vez está más cerca de transformar su After Work, Cocktail & Lounge en uno de los nuevos puntos de moda.