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Ainhoa de las Fuentes se dispone a envolver un regalo. Pankra nieto
El Bilbao de Luis Gómez

La diseñadora que mejor envuelve los regalos en Bilbao

El comercio bilbaíno es único en atenciones al cliente. Las compras no terminan en Kalam y Boxcalf hasta que las dependientas envuelven las prendas entre delicados papeles de seda diseñados por Ainhoa de Las Fuentes y las meten en sus icónicas y deseadas cajas rojas

Viernes, 5 de febrero 2021, 02:01

A veces es tan importante el contenido como el continente. En Kalam, uno de los mejores comercios vascos de moda de mujer, con establecimientos en ... Bilbao y Madrid, lo saben desde hace más de 30 años. Han tenido por costumbre cuidar hasta el último de los detalles. Lo empezaron a hacer nada más abrir la tienda de Elcano, cuando la diseñadora Ainhoa de Las Fuentes se las ingenió para entregar los regalos de una forma especial. Muy especial. Toda clase de ropa y accesorios: desde vestidos, bolsos, zapatos, pasminas y fulares a camisas, guantes y pantalones.

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Ainhoa es una artista. Siempre ha sido consciente de que una venta no termina de completarse hasta entregarla con estilo y «personalidad» y acompañar a la clienta hasta la puerta del establecimiento. Pero, en su afán por fascinar al público, buscó la diferencia. Algo que quedase para el recuerdo y fuera digno de ser visto. Algo que solo ofrecía y continúa ofreciendo en exclusiva este comercio de Bilbao. Por eso, es un deleite asistir al ritual de Ainhoa o cualquiera de sus compañeras viéndolas envolver las prendas y meterlas suavemente en las icónicas y codiciadas cajas rojas de la casa.

Junto a Vella González, propietaria de la firma, De Las Fuentes diseñó un original papel de seda extremadamente fino para guardar las compras. El papel, de tan ligero que es, casi da miedo tocarlo. De aspecto frágil, parece como si fuera a rasgarse en cualquier momento. Pero a ese papel sepia había que imprimirle un sello de distinción. ¿Cómo? A Ainhoa se le ocurrió estampar en él reproducciones de las prendas que vendían en los noventa, hace ya más de 30 años. Ella misma dibujaba las prendas y complementos que compraban a grandes firmas, aunque en muchas ocasiones la autoría de las colecciones llevan su nombre y el de la propietaria.

La estilosa creadora bilbaína realizó infinidad de bocetos. «Han pasado 30 años y sigue siendo el mismo papel con los mismos dibujos», confiesa. «Quise hacer un referente corporativo», repite. Algunas de las faldas que aparecen impresas también siguen reeditándose y, por supuesto, vendiéndose. «Nosotras mismas nos hemos sorprendido, aunque, evidentemente, en la moda todo vuelve porque es cíclica», reconoce una entusiasmada Vella. Lo que nunca imaginaron ambas es que aquel papel de regalo fuese a crear una legión de seguidoras.

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Objeto de culto

«Nunca más ha hemos tenido que volver a hacerlo ni variarlo. Al principio pensábamos que al de un tiempo habría que actualizarlo, pero nunca ha sido necesario. La gente empezó a decir que le gustaba y luego nos los comenzaron a pedir. Muchas veces la clientela te comenta '¿me puedo llevar alguno más? ¿Me lo regaláis?». Se ha convertido, desde luego, en un objeto de culto que ha puesto a Bilbao en el mapa porque nadie más lo hace. Hasta estudiantes de Bellas Artes suelen pasarse por Kalam a ver si cae alguno. «'Ay, qué bonito, lo quiero'», se le escapa a más de uno.

Ainhoa asume que su arte se está perdiendo porque, fundamentalmente, no se creó «por ordenador», como probablemente se haría ahora. «Se hizo con una plantilla, una a una. Es como nace todo. Cogía la prenda, la colgaba, la copiaba e iba a por la siguiente». Así hasta dibujar todas las piezas que había en su momento en la tienda. En total, medio centenar de modelos. «Tenía una plantilla para saber el tamaño que quería de las cosas. Me acuerdo de todos los diseños que hice. Me hace mucha gracia –remarca De Las Fuentes– porque nos damos cuenta de que siempre acabamos volviendo a lo mismo. En nuestro caso, esta tendencia se acentúa quizá aún más porque vendemos también una ropa un poquito atemporal».

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Como un archivo histórico

Sin pretenderlo, Kalam se ha convertido en un archivo histórico que refleja la evolución del diseño. «Aquí se cuida el detalle en todo porque Vella es súper detallista. Al cliente se le acompaña desde que entra por la puerta hasta que se va con la bolsa y el regalo perfectamente preparado. Le enseñas, le pruebas la ropa, se la envuelves... Tenemos una venta un poco distinta a otras tiendas. Es muy personalizada. El remate final es la guinda de la compra», remarca.

Junto al papel, las cajas rojas rematadas con lazos dorados son otra de las debilidades de una clientela que las guarda como oro en paño en los armarios para meter todo tipo de cosas. Muchas mujeres guardan en ellas los pañuelos. Las cajas, de diferentes tamaños, son únicas. Vella se las encarga desde hace 30 años a Bizitegi, una asociación que trabaja en el apoyo e inserción de personas en situaciones desfavorecidas. «Lo agradece todo el mundo. La gente se va muy contenta diciendo 'qué bonito lo que llevo dentro, pero lo de fuera es igual de impresionante'. Tener un papel, una bolsa bonita. Todo es importante», remata Ainhoa de las Fuentes, el alma de unos diseños únicos que hacen de ella la mejor especialista de Bilbao en el arte de envolver las compras comerciales.

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