La jornada de trabajo continuada en Euskadi se acerca a Europa
Los trabajadores vascos que no interrumpen su tarea a mediodía son ya el 58%, pero avanzan a menor ritmo que en España
José Luis Galende
Lunes, 19 de septiembre 2016, 01:49
Euskadi se acerca a Europa en la forma que adopta la jornada laboral, pero lo hace a menos velocidad que el conjunto de España. Con ... la crisis, los cambios normativos, la necesidad de más flexibilidad para ganar competitividad y la exigencia cada vez mayor de medidas que permitan conciliar la vida laboral y personal, han supuesto que los trabajadores vascos con jornada laboral continua vayan camino de alcanzar los dos tercios del total, en concreto, el 57,9%. La progresión, no obstante, ha sido inferior a la nacional, donde ya son el 59,3%. En la UE, la jornada partida es residual.
La jornada laboral continua se diferencia de la partida en la duración de la interrupción que se realiza a la hora de comer. Si el parón es de una hora o más, se considera partida. Cuando la interrupción es inferior a 60 minutos, es una jornada continua, al margen de que el tiempo de descanso que se tomen los empleados sea considerado como trabajado o no. En muchos convenios colectivos la jornada anual es más baja para los asalariados que la tienen continua.
Avanzar hacia una jornada laboral continua tiene numerosas ventajas, como pueden atestiguar la mayor parte de los trabajadores europeos, en cuyos países la excepción es la jornada partida. Y en Euskadi, al igual que en el conjunto de España, son los asalariados los que más se benefician de esa fórmula, mientras que los autónomos sufren más la partida. En concreto representan el 62,8% por el 66,3% en España, tras haber arrancado en 2007, en el año previo a la crisis, de una posición muy similar. En el caso de los empleados vascos por cuenta ajena, el alza ha sido de 6,2 puntos, y a nivel nacional, de 9,4 puntos.
Las mujeres trabajan con más frecuencia desde su casa
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Uno de las fórmulas que más contribuye a conciliar la vida laboral y familiar es el trabajo desde el domicilio particular del trabajador. Esta modalidad de empleo ha mejorado desde el inicio de la crisis, un hecho que se ha visto beneficiado por los avances en las tecnologías de la información. Pese a todo, y a los intentos de algunas empresas y administraciones de avanzar en esta dirección, sigue siendo excepcional. Así, en los nueve años de la crisis, los ocupados vascos que trabajan ocasionalmente o más de la mitad de los días desde su casa han pasado del 5,2% al 6,1%, lo que en cifras absolutas se traduce de 52.300 a 54.000 personas. En este caso, son los no asalariados los que más utilizan este tipo de trabajo, ya que los empleados por cuenta ajena apenas representan el 1,6% (19.300).
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La EPA distingue entre las personas que trabajan desde casa ocasionalmente y las que lo hacen al menos la mitad de los días. Pues bien, prácticamente toda la subida se ha producido en este segundo caso. Además, son la mujeres las que más utilizan este sistema casi duplican a los hombres.
Introducir cambios en los horarios de trabajo ha sido objeto de propuestas y debates en España en el proceso electoral continuo que se vive desde hace casi un año. La vista está puesta en los países europeos más avanzados, donde la gran mayoría de los trabajadores tienen jornada continua, lo que según los expertos favorece una mayor productividad. Ello hace posible jornadas laborales más cortas, que a su vez facilitan la conciliación de la vida laboral y familiar, demanda que ha adquirido carta de naturaleza en el mundo laboral desde comienzos de este siglo.
Los especialistas han puesto cifras a algunas de las ventajas que aporta la jornada continua: estiman que mejora la productividad de un trabajador en un 6,5%, cifra que alcanza hasta el 9% en algunas áreas del sector de los servicios. En otros casos, consideran que las empresas que utilizan esta fórmula son casi un 20% más productivas que las que no lo hacen.
En el caso de la conciliación, la jornada continua permite un ahorro de tiempo que repercute en el abandono más temprano de los centros de trabajo. Extremo este que puede observarse en Europa, donde la actividad se paraliza en su mayor parte a las cinco de la tarde, cuando por estos lares sigue en muchos casos hasta las 10 de la noche, como es el caso de las grandes superficies.
Accidentes y absentismo
Más tiempo en el puesto laboral, señalan los expertos, supone menor descanso, más accidentes , mayor absentismo y menor productividad, entre otros inconvenientes. Circunstancias estas, añaden, que pueden estar en el origen de la tradicional menor productividad de los trabajadores españoles frente a los europeos.
Otra ventaja de la jornada continua es el ahorro que supone para la economía la menor cifra de desplazamientos miles de trabajadores vascos regresan a su domicilio a la hora de comer en transporte público o privado, a la vez que permite reducir los gastos de manutención cuando las comidas se hacen fuera de casa.
En la jornada laboral continua, las mujeres aventajan a los hombres, y en el caso vasco son ya dos tercios (66,7%) de todas las ocupadas, una proporción que rebasa el 70% entre las asalariadas. También en ambos casos el balance nacional presenta mejores cifras que el de Euskadi. Como consecuencia, entre los hombres esta modalidad de trabajo está mucho menos extendida, y afecta solo a la mitad (49,9%), tres puntos menos que en el territorio nacional.
Ligado a la jornada partida y continua, de forma directa o indirecta, están otras modalidades de trabajo. Así, el trabajo a turnos difícil de compaginar con una jornada partida se ha mantenido bastante estable desde antes de la crisis, un porcentaje que en el caso vasco afecta al 22,2% de todos los asalariados, 3,4 puntos más que la media nacional. En Euskadi se ha producido un aumento de 0,9 puntos en el periodo de referencia, y de 1,8 en España.
En este caso, las mujeres están por debajo de los hombres, sobre todo en el caso de Euskadi, con un 17,4% frente al 27%. La causa hay que buscarla en la mayor presencia masculina en la gran industria, que es la que más utiliza esta modalidad de jornada laboral que persigue ganar competitividad utilizando los medios de producción de una forma continua, cuando hay mercado para ello. De ello se desprende que el avance en la jornada laboral continua se ha producido, sobre todo, en el sector servicios.
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