Más de 8.000 empleados vascos de la enseñanza recuperan su trabajo con el inicio del curso
Son empleados fijos discontinuos y temporales que son dados de baja en los meses de verano y recuperados a partir de septiembre
José Luis Galende
Viernes, 2 de septiembre 2016, 03:42
El comienzo del curso escolar comienza cada año con la recuperación del empleo de miles de profesores y otros trabajadores de la enseñanza en la ... comunidad autónoma vasca. Se trata de personas que tienen un contrato fijo discontinuo o temporal para los nueve o diez meses que dura el curso y que son enviados al desempleo por sus empresas durante el periodo de verano para ahorrar costes.
Estos trabajadores están encuadrados en la Seguridad Social dentro de la sección de actividad de Educación y su presencia en las listas del organismo comienza a bajar en primavera y remonta durante el otoño. Lo sucedido el año pasado por estas fechas puede perfectamente dar una idea de lo que va a pasar en los próximos meses. En agosto, los cotizantes del sistema cayeron a su mínimo anual, con 50.237 personas ocupadas en la enseñanza, y recuperaron los niveles de mayo en noviembre con 59.355. Eso en el régimen general. En el de autónomos sucede un fenómeno similar, pero en una escala más reducida. Así, el mínimo se alcanzó en agosto con 4.180 afiliados, y en noviembre se recuperaron y rebasaron los niveles de mayo, con 4.735.
Respecto al presente año, los datos publicados por la Seguridad Social solo llegan hasta julio, cuando ya está en caída libre la cifra de inscritos, desde los 60.326 alcanzados en mayo en el régimen general y los 4.782 del régimen de autónomos. Un traslado aproximado de lo sucedido el año pasado permite estimar que en los meses de septiembre y de octubre la afiliación remontará en más de 8.000 personas, y puede rebasar sin problemas las 9.000 si se toma en cuenta noviembre.
En el conjunto de España, donde se dan las mismas condiciones en el sector, el fenómeno, como es lógico, es de mayor dimensión y las personas que recuperarán su puesto de trabajo en los meses de septiembre, octubre y noviembre rebasarán la cifra de 200.000.
Las estadísticas de la Seguridad Social indican que es el mes de octubre en el que se produce la incorporación de la mayor parte de estos trabajadores a su empleo, y en menor medida en septiembre y en noviembre. Es en esa fecha cuando comienzan a funcionar las academias y centros de enseñanza no reglada, que aportan un volumen de empleo considerable.
De vacaciones o en paro
Según la doctrina jurídica, el personal de enseñanza y de oficinas de la enseñanza reglada no puede ser objeto de contratos fijos discontinuos, ya que se considera que los meses de parón julio y agosto no son un cese de la actividad, sino periodo de vacaciones. No obstante hecha la ley, hecha la trampa, en muchos casos se firman contratos de nueve o diez meses en vez de fijos discontinuos alegando diversas causas. Muchas de ellas no serían avaladas por los Juzgados de lo Social en el caso de que fueran llevadas ante el juez, señalan expertos consultados por este diario.
La tentación de soslayar la regulación vigente es alta por los beneficios que aporta. Y es que en el caso de un curso de nueve meses, por ejemplo, que es más o menos el que imparten los centros de enseñanza no reglada, el ahorro es muy importante para las empresas. Tanto, que si no utilizaran esta fórmula que envía a cobrar el desempleo durante tres meses a los enseñantes, no podrían mantener sus tarifas ni, tal vez, abierto el centro.
Con un contrato fijo discontinuo o uno temporal se ahorran, en primer lugar, tres meses de salario, con las correspondientes cotizaciones a la Seguridad Social. Y, en segundo, evitan hacer frente al abono del 25% de las vacaciones anuales a que tienen derecho los trabajadores (trabajan nueve meses de doce) y de la parte proporcional de las pagas extraordinarias.
El contrato fijo discontinuo está pensado para tareas que tengan esas características, es decir, trabajos de campaña o de temporada que se repiten año tras año. Una pequeña parte de los contratos fijos que se firman cada mes en Euskadi y en el conjunto de España son de estas características, pero en la mayor parte de los casos este tipo de actividades se cubre con empleos de carácter temporal.
Según el Instituto Nacional de Estadística, que no desagrega este dato por comunidades autónomas, el 2,2% de los asalariados tiene esta modalidad de relación laboral, que ha crecido en los últimos ocho años desde el 1,4%. Por otro lado, el año pasado se suscribieron en Euskadi 1.800 contratos fijos discontinuos, de un total de 850.000, y en España, 123.000 de 18 millones.
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