El gasto en pensiones crece en Euskadi por encima de la media, con Álava a la cabeza

Aunque en los últimos doce meses tanto la prestación media como el número de pensionistas se incrementa más en la comunidad autónoma vasca que en el resto del territorio nacional, lo cierto es que pese a la evolución galopante de Álava en el aumento de la nómina, en la última década el gasto en pensiones ha crecido por debajo de la media española. En concreto, el 61,5% frente al 62,5%. Ahora bien, el incremento en el caso de Álava es espectacular, del 81,6%. Esta tendencia se explica por el crecimiento de la cifra de perceptores (25,4% frente al 15,9% de Euskadi y al 15,4% de España) y por las prestaciones más elevadas (subidas medias del 43,7%, 38,9% y 40,8%, respectivamente).

Mantener este ritmo en el futuro sería insostenible. De hecho, ya está siendo neutralizado en los últimos años por las medidas de ajuste introducidas en el sistema de pensiones en las dos últimas reformas.

Frenazo

Entre ellas, se encuentra el retraso en la edad oficial de jubilación y otras fórmulas que buscan mantener a los trabajadores el mayor tiempo posible en el mercado laboral, lo que ha supuesto que la cifra de pensiones crezca en la actualidad a un ritmo próximo al 1%, cuando hace unos años lo hacía al 1,5%. Además, el periodo de cómputo para calcular la prestación ha sido elevado en varios años y también se exige más tiempo de cotización para poder acceder a una pensión completa. Estas dos medidas han contribuido, junto con varios ejercicios de moderadas subidas de las prestaciones, a que la nómina que se paga cada mes crezca a un ritmo en el entorno del 2%, cuando hace diez años superaba el 7%.

Por otro lado, el sistema de pensiones no tiene la misma salud en Euskadi, desde el punto de vista de su equilibrio, ya que mientras la cifra de prestaciones representa el 5,7% de toda la Seguridad Social, la proporción de trabajadores que cotizan al sistema en relación al conjunto de España es el 5,2%. Esto quiere decir que hay menos afiliados por pensión y, por tanto, más problemas para mantener unas cuentas sanas.

Unas cuentas que ya desde hace años presentan un claro desajuste entre los ingresos por cuotas y el pago a los pensionistas. Los últimos datos conocidos indican que ese déficit se situó en 2014 en 2.000 millones de euros, una cifra que representa un 34% del total de cotizaciones ingresadas.

Cotizaciones más altas

Desde otra perspectiva, completa esta complicada ecuación la cuantía de la nómina mensual; en el caso de febrero el gasto en el País Vasco ha representado el 7,1% del total desembolsado por la Seguridad Social, frente al 5,7% del número de pensiones. Y aunque es cierto que las cotizaciones en la comunidad autónoma son más elevadas, como le corresponde por tener los salarios más altos después de Madrid, el déficit dispara todas las alarmas.

Tanto en la última década como en el último año, la cifra de pensiones en Euskadi ha crecido por encima de la media nacional. La información que facilitan las instituciones no permite aclarar la causa de esta tendencia, pero hay varios factores que pueden contribuir a semejante evolución.

Uno de ellos es la utilización desde principios de siglo de la jubilación anticipada por contrato de relevo, una herramienta que Euskadi ha puesto en práctica con más intensidad que nadie.

También puede haber detrás de esa circunstancia una mayor esperanza de vida de los beneficiarios o, sencillamente, una jubilación anticipada normal pese a las fuertes penalizaciones que conlleva. En este caso, la comunidad autónoma tiene una herramienta para compensar la pérdida de ingresos que supondría: la fuerte implantación de los fondos de pensiones (las EPSV), tanto los ligados al puesto de trabajo como los estrictamente privados.