Durango vibra al son de la música
La soprano Vanessa Goikoetxea prende, con irrintzi incluido, la melodía de las fiestas de San Fausto en una abarrotada plaza consistorial
Miles de vecinos celebraron este viernes por todo lo alto el inicio oficial de los siempre esperadísimos Sanfaustos, que llenarán durante diez días la villa de alegría y diversión. Bajo la atenta mirada del simpático personaje Patxikotxu, la soprano Vanessa Goikoetxea fue la encargada de lanzar el txupin que desató la fiesta en una abarrotada plaza del Ayuntamiento, que contó con un aforo limitado de 6.000 personas.
«Mis padres siempre me inculcaron el amor por nuestras tradiciones, la cultura y por todo lo que el pueblo significa. Nunca me he olvidado y ninguna actuación por grandiosa que sea se puede comparar a la emoción de estar frente a todos los vecinos», subrayó la txupinera, destacando que la música esté presente en los corazones, plazas y calles de la villa. «La música nos une, emociona y nos da esperanza. Sin ella, no hay vida», añadió.
Charangas y ruido
El inicio del acto, que contó por segunda vez con una intérprete de lengua de signos, no se hizo esperar. Muchos asistentes estaban emocionados por asistir al txupinazo en directo, como la vecina Maixa Garro. «He estado con mi marido y los tres hijos, acompañada de todas las amigas que nos podemos reunir en un día tan especial. Con el pañuelo al cuello y a disfrutar de las fiestas. Es una tradición muy bonita, sinónimo de alegría, música, charangas, ruido», enumeraba.
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La fanfarria Sugarri acompañó a las cuadrillas hasta el Consistorio de la localidad. Muy cerca de allí estaba el joven Ander Pérez con sus amigos. «Hemos venido pronto por la tarde a coger sitio. Hasta ahora, siempre he ido con mis padres y sus amigos y siempre me lo he pasado muy bien. Es la fiesta más grande que celebra el pueblo y la expectación siempre es grande, además son las últimas antes del otoño. Lo que más me gustan son los conciertos y estoy deseando ver a los grupos Esne Beltza o Malakias. Además, disfruto un montón con los Zezenak Dira, espero que nunca se pierdan», reconocía el primero.
A pocos metros de distancia, Sergio Royuela llegaba acompañado de sus hijas. «Hemos ido con antelación al Ayuntamiento para poder ver a Patxikotxu en el balcón. Después, cenamos un bocata y nos acercamos a ver la actuación del grupo Shinova en Ezkurdi», subrayó, deseoso de que llegue el próximo sábado para realizar una comida en el txoko junto a sus amigos, vestidos con el disfraz. El júbilo también se hizo notar muy cerca de allí con centenares de vecinos que se concentraron frente a la iglesia de Santa María para seguir, a través de una pantalla gigante, el inicio de las fiestas en directo. A continuación, pudieron ver una proyección con recuerdos del ayer y hoy de los Sanfaustos.
La alcaldesa, Mireia Elkoroiribe, se refirió a las fiestas como ese momento mágico en el que «el pueblo se llena de vida, de color y de alegría. Nuestras calles se convierten en punto de encuentro para familias, cuadrillas y amistades, toda esa gente que no vemos todo lo que desearíamos. Es un tiempo para compartir, para reír y para disfrutar juntos de nuestras tradiciones y nuestra cultura. Estas fiestas son una muestra más del orgullo de ser durangarra, un sentimiento que compartimos y que nos une a todas y todos», prosiguió.
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La sorpresa de la noche llegó con un irrintzi final de la txupinera, que puso los pelos de punta a las miles de personas congregadas en una abarrotada plaza del Ayuntamiento. Los durangueses, vestidos en su mayoría con pantalón vaquero, camisa blanca y pañuelo azul al hombro, explotaron de alegría cuando Goikoetxea, ataviada con una camiseta del club de cesta de la villa en honor a su padre, gritó a los cuatro vientos «Gora San Fausto jaixek!», entre aplausos y la música de las fanfarrias que ambientaban la plaza.