El derribo del antiguo gaztetxe de Durango arrancará a finales de agosto
Los trabajos se prolongarán entre dos y cuatro meses, tras los cuales el espacio liberado se transformará en zona verde
Manuela Díaz
Miércoles, 20 de julio 2022, 07:47
El antiguo gaztetxe de Durango pasará a ser historia a finales año. El equipo de Gobierno municipal -EH Bildu y Herriaren Eskubidea-Elkarrekin Podemos- anunció ayer a los vecinos del inmueble anexo al número 23 de la calle Uribarri que, si todo sigue el ritmo previsto, los trabajos de demolición arrancarán a finales de agosto. Además, dieron a conocer que las obras durarán entre dos y cuatro meses y una vez concluidas, el solar no urbanizable al estar en una zona de dominio hidráulico, pasará a ser propiedad municipal. Será así el Ayuntamiento quien se encargue de adecentar la zona para convertirlo en un espacio verde.
En la reunión, la alcaldesa de Durango, Ima Garrastatxu, y el teniente de alcalde Julián Ríos, que estuvieron acompañados de los concejales Aritz Bravo y Jorge Varela, realizaron una cronología de estas casi seis décadas en las que el inmueble, «construido de manera ilegal desde hace 58 años», ha estado en pie a pesar de contar con una sentencia del Tribunal Supremo que lo declaraba ilegal y obligaba a su derribo ya en 1970. «Ha sido un proyecto que se puso en la agenda política desde el primer momento y después de tres años de trabajo, reuniones, informes y cartas, en breves pasará a la historia» admitió la regidora.
La pasada semana, y después de seis meses de espera, la Agencia Vasca del Agua, URA, autorizaba a los propietarios del inmueble a dar inicio a las obras de demolición. Una «tardanza» que criticaron desde el ejecutivo local ya que lamentaron URA no tramitó la petición como algo prioritario. Este mismo lunes, los propietarios han solicitaban en el Ayuntamiento la licencia de obra, que si cuenta con la documentación adecuada y al tratarse como un «trámite de urgencia» podría concederse el próximo mes para poder empezar los trabajos a finales de agosto.
«Vemos por fin el final del túnel», aseguran los vecinos
Hasta 58 años han tenido que esperar los vecinos del edificio anexo al del antiguo gaztetxe para conseguir su derribo. A lo largo de este tiempo han llevado a cabo la recogida de firmas, han recurrido al Ararteko e incluso han mantenido numerosas reuniones con diferentes equipos de gobierno municipal. «Estamos muy quemados con esta historia», admitía una vecina durante el encuntro mantenido a última hora de la tarde de ayer en el salón de plenos.
Tanto ella como el resto de afectados lamentaban haber tenido que aguantar los efectos del abandono del inmueble: palomas, ratas, caídas de cascotes sobre la acera o sobre los coches, las últimas durante el confinamiento. «Lo peor de todo es que nadie se responsabilizaba de estos incidentes puesto que hasta ahora, por los motivos que fueran, dar con los propietarios ha dio un expediente X», lamentaba. Al tratarse de un edificio ilegal, no constaba en el registro de la propiedad, un hecho que ha dificultado avanzar en el proceso.
Trabajos con seguridad
El anuncio ayer de su inminente demolición generó una satisfacción contenida entre la docena de asistentes dada la larga espera y el miedo que en los últimos años ha generado este edificio que lleva meses apuntalado. «Sin duda es motivo de alegría que por fin se vea el final del túnel y ver de aquí a finales de año el edificio a cota 0», apuntó otro de los presentes.
No obstante, pidieron que los trabajos de demolición se hagan con la mayor seguridad y precaución posible. «Los vecinos estamos ahí y tenemos miedo», apuntaron.
Las obras, cuyo plazo de ejecución se estima entre 2 y 4 meses, se llevarán a cabo en dos fases. En primer lugar, se retirarán las placas de fibrocemento, que pueden contener amianto, y a continuación, se demolerá planta por planta. También aclararon que la losa de hormigón que sustenta varios edificios no se tocará. Si bien, dicha estructura pasará a ser de propiedad municipal tras la cesión del solar por parte de la familia. No existe, de momento, un convenio firmado con URA para resolver los problemas de inundabilidad y que el ente vasco anunció hace meses.
Puente de Montevideo
«Con URA no se ha firmado ningún convenio, la última reunión que hicimos fue en otoño de 2021 y esta demolición se ha ejecutado a dos bandas entre el Ayuntamiento y los propietarios», aseguraron. Además, pusieron en duda que el Gobierno vasco ejecutara en breve la demolición del puente de Montevideo para aumentar la capacidad del río Mañaria y reducir la inundabilidad en el casco urbano, ya que existen otras zonas más problemáticas como es Santa Ana. «En cuanto URA nos diga que tenemos que quitar las placas, lo haremos con las mayores medidas de seguridad existentes, pero hasta entonces no sabemos cuanto tiempo puede pasar», afirmó la alcaldesa.
Con esta medida afirman se ha «desenquistado» un problema con más de medio siglo de recorrido y serán los propietarios los que pague y no el Ayuntamiento, en contra de lo que se acordó en 2018. Un «seudo convenio que carecía de firma y de informes técnicos y jurídicos» que fue recurrido por Herriaren Eskubidea ese año y declarado nulo de pleno derecho por el Tribunal Superior en enero.
Aclaración de URA
La Agencia Vasca del Agua, URA, ha puntualizado hoy miércoles que la tramitación de solicitud de autorización para las obras de demolición del antiguo gaztetxe se ejecutó en tres meses y no en seis como así aseguraron los miembros del equipo de gobierno municipal en la reunión mantenida con los vecinos del inmueble el martes.
Según aclararon desde el ente vasco, los propietarios solicitaron el permiso el 10 de marzo. Justo tres meses después URA emite el informe favorable a la autorización solicitada, y acto seguido da entrada su propuesta a Confederación Hidrográfica del Cantábrico, que ratifica la autorización el 30 de junio
