Dos empresas optan a estrenar la Intermodal como almacén logístico
La estación quiere dedicar parte de sus espacios al acopio de mercancías que luego se repartan por el centro de Bilbao con vehículos limpios
La Intermodal quiere ser algo más que una estación de autobuses. Antes del verano este periódico ya reveló que la gerencia de la instalación buscaba ... dedicar parte de sus espacios a funcionar como plataforma logística. Es decir, a que empresas de reparto dejen ahí mercancías para luego distribuirlas por el centro de la ciudad con pequeños vehículos eléctricos. Lo que se conoce como reparto de última milla. Así se retiran de las calles esas furgonetas grandes que dificultan mucho el tráfico y contaminan más aún.
No avanza muy rápido este empeño, pero en estos momentos ya hay dos empresas con interés por estrenar la Intermodal como almacén. «Una de ellas es del sector 'horeca' (hoteles, restaurantes y cafeterías)», explica Alejandro Pereiro, gerente de la infraestructura; y la otra distribuye «paquetería convencional». Así, son dos representantes paradigmáticos de los perfiles idóneos que podrían tener presencia en la Intermodal. «Ambas han visto los espacios, les han parecido interesantes» y ahora están sumidos en sus trámites internos para avanzar en esta dirección.
En Bilbao ya ha habido algunas iniciativas en este sentido, en lo de fomentar el reparto limpio de última milla, aunque a menudo son tan aparentemente ambiciosas en su planteamiento como modestas en su ejecución y efímeras en su desarrollo. Lo especial de la Intermodal es que puede tener un recorrido notable por sus prometedoras características: tanto por la dimensión de la estructura, como por su ubicación estratégica en el centro de la ciudad, y por su proximidad a los accesos de Bilbao.
El plan es atraer a firmas dedicadas a la paquetería y al reparto de suministros al comercio y la hostelería
Lo local y lo global
Todas las ciudades grandes y medianas están tratando de avanzar en un nuevo modelo para el reparto urbano de mercancías porque el panorama es preocupante. De un lado, el auge del comercio electrónico ha propiciado que las calles se hayan llenado de furgonetas que llevan paquetería a domicilio; de otro, la reducción de stocks en las tiendas y negocios hosteleros hace que quienes suministran género de cualquier naturaleza anden rodando por la trama urbana con creciente intensidad. Semejante tráfico supone un desafío para la circulación, pero también para la calidad del aire en un momento en el que la lucha contra el cambio climático obliga a tomar medidas rápidas en materia de emisiones.
Lo que se está tratando de hacer en la Intermodal tiene que ver con lo que se llama «ruptura de carga» e incide en la propia operativa del reparto. Ahora lo habitual es que las empresas de transporte tengan sus grandes almacenes en polígonos industriales situados en otros municipios, donde llenan sus furgonetas y con ellas se mueven por todo Bilbao. Frente a ello, lo que se pretende es utilizar diferentes espacios de las plantas subterráneas de la estación como zonas logísticas donde esas empresas puedan dejar su producto y, desde ahí, repartirlo ordenadamente por la ciudad en pequeños vehículos eléctricos.
En la Intermodal hay 50.000 metros cuadrados bajo rasante en cuatro plantas: dos son para la estación y otras dos para el parking de vehículos. Pero en esa inmensidad hay espacios para almacenaje ahora vacíos y a los que se les quiere dar vida. Son, recuerda Pereiro, 1.700 metros cuadrados los que se pretenden utilizar como entorno logístico donde, además, los vehículos de última milla, los que hacen el reparto final, pueden recargar sus baterías durante la noche.
Distintas fases
El entorno es propicio porque «también tenemos empresas de 'rent a car'», de manera que las firmas de reparto que se instalen podrían «plantearse el alquiler de vehículos eléctricos para el reparto» en una primera fase, en una especie de proyecto piloto. Y si la cosa discurre de un modo conveniente y rentable dotarse de «flotas propias».
Lo relevante de esta iniciativa no es tanto que estemos ante un espacio impresionante en cuanto a dimensiones, como que se avance en un nuevo modelo que contribuya a tener una ciudad más limpia y tranquila.
En su contexto
50.000
metros cuadrados bajo rasante tiene la Intermodal, distribuidos en cuatro plantas. Dos están ocupadas por la estación de autobuses y otras dos por el parking.
1.700
metros cuadrados están disponibles en diferentes plantas para ser utilizados como espacios logísticos por empresas de reparto, tanto de paquetería como de suministros a comercio y hostelería.
Una lucha en las ciudades
La profusión de furgonetas en los entornos urbanos es una amenaza tanto para la circulación como para la calidad del aire, de modo que se buscan nuevas alternativas para un reparto de mercancías más sostenible.
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