La Diputación descarta apoyar económicamente el mantenimiento del gasolino de Erandio
La institución asegura que el servicio, que unía ambas márgenes de la ría y que dejó de operar el 9 de febrero, «no tiene un valor patrimonial»
La Diputación no apoyará económicamente el mantenimiento del gasolino de Erandio, el servicio que unía desde el siglo XIX ambas márgenes de la ría y ... que dejó de estar operativo el pasado 9 de febrero después de que su propietario, Óscar Suárez, no pudiese hacer más frente a los gastos.
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Leixuri Arrizabalaga, diputada de Euskera, Cultura y Deporte, en respuesta a la pregunta lanzada este miércoles en pleno por EH Bildu sobre si la institución tomará alguna medida para reactivar la prestación, ha confirmado que el famoso bote «no tiene un valor patrimonial», negando así la posibilidad de que la institución foral pueda destinar algún recurso económico para que la embarcación pueda volver salir a flote. «Es un error confundir la nostalgia de una época pasada con el patrimonio de interés público. El servicio carece de valor cultural y por ello no procede implantar medidas», ha reconocido la responsable.
La Diputación cierra así definitivamente la puerta a la petición de ayuda que el propietario del servicio llevaba al menos «seis años haciendo» al ver cómo la deuda económica que debía afrontar para intentar mantener el servicio ascendía «hasta los 40.000 euros». Suárez reclamaba sobre todo más apoyo a las instituciones para mantener a flote un transporte que es considerado «histórico» y para conservar, como mínimo, «el mantenimiento de los botes de madera» dada su carestía. Ahora los vecinos que quieran cruzar de un municipio a otro por la ría deberán esperar a que el puente peatonal y ciclable que unirá ambas márgenes -uno de los proyectos estrella de la Diputación- se convierta en realidad.
El declive del gasolino comenzó con la llegada del Covid, cuando Suárez perdió 8.000 euros por haber estado cerrado durante tres meses y por el ERTE de un trabajador. A esta situación se sumó, según relató él mismo, el «bono transporte» con el que perdió unos «200 pasajeros al día». El servicio alcanzó su esplendor en los años 60, cuando cerca de 20.000 personas hacían uso del gasolino cada día para ir a trabajar o regresar a casa.
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