La Diputación anuncia en plena campaña el proyecto de la variante de Rekalde
Sacará mañana a concurso un contrato para que los ingenieros estudien la mejor solución para derribar el viaducto de la A-8, así como para construir el vial alternativo
Elixabete Etxanobe, diputada de Administración Pública y candidata a diputada general por el PNV, ha anunciado en la mañana de este lunes, en el transcurso de un acto electoral en Markina, que el Consejo de Gobierno de la institución foral licitará mañana el contrato que dará el pistoletazo de salida al plan para derribar el viaducto de la A-8, a su paso por el barrio de Rekalde. La construcción de la conocida como variante Este de Bilbao es una reivindicación histórica de los vecinos de esta zona de la capital vizcaína.
Lo que hará mañana la Diputación será sacar a concurso la redacción del proyecto, el primer paso de un largo camino. La hoja de ruta que fue anunciada en noviembre pasado en las Juntas Generales prevé destinar casi 6 millones de euros a sufragar el trabajo de los ingenieros, que invertirán dos años y medio en buscar la mejor solución técnica, así como en lograr todos los permisos y trámites administrativos necesarios. Posteriormente habrá que adjudicar las obras, cuyo coste se prevé que sea muy elevado, con lo que las máquinas no empezarían a trabajar en esta compleja iniciativa hasta 2025.
El objetivo es soterrar la A-8 entre Masustegi y El Fango. Para ello habrá que construir un túnel de cerca de 1,7 kilómetros. De echar abajo el viaducto de Rekalde se viene hablando desde hace décadas, más si cabe después de que se demoliera el histórico acceso por Sabino Arana. Es, posiblemente, la última gran obra que queda en Bilbao para reordenar el mapa de carreteras tras el derribo del acceso de Sabino Arana y la apertura del de San Mamés. No solo eso. Las manifestaciones vecinales por el agravio y el problema ambiental y de seguridad que supone el paso de 90.000 vehículos diarios por el «techo» del barrio han sido numerosas. La situación es fruto del incontrolado crecimiento urbanístico que registró la capital vizcaína en los años setenta.
En abril del año pasado, el diputado de Infraestructuras, Imanol Pradales, echó un jarro de agua fría sobre las aspiraciones vecinales al asegurar en la Cámara vizcaína que este proyecto no era «una prioridad». Su departamento andaba entonces centrado en la ampliación de la Supersur, además de tener en mente en soterramiento de La Avanzada y el subfluvial de Lamiako, iniciativas que van a requerir una fuerte inversión en los próximos años.
Dos meses después, el PNV firmó un acuerdo en las Juntas Generales con EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos por el que se instaba a la Diputación a no dejar la obra en el olvido y destinarle una partida económica en los Presupuestos forales de 2023. Y así fue. Este año se han consignado 150.000 euros. Una partida simbólica, pero ahora las obras salen a licitación y se espera que en los próximos ejercicios, el esfuerzo inversor se aumente de manera considerable.
