La Diputación abre el cuarto carril del intercambiador de Cruces
La obra, en la que se invirtieron 7 millones, finaliza tras dos años de trabajos
Han sido dos años de trabajos que han requerido una inversión de 7,7 millones de euros. La Diputación ha puesto en servicio ya el cuarto carril del nudo de Cruces en sentido Rontegi, en una de las zonas con mayor densidad de tráfico de la red foral, por la que pasan 250.000 vehículos al día procedentes de Santander, la Margen Izquierda y Bilbao. La intención de ampliar de tres a cuatro los carriles de la BI-30 (antigua N-637) entre el paso inferior de la Alameda de Serralta y la incorporación al tronco desde Barakaldo-Lutxana era aliviar el intenso tráfico y mejorar la seguridad del trenzado de este nudo para evitar congestiones «permanentes». Ahora, apenas quedan unos remates, expuso ayer la portavoz foral, Leixuri Arrizabalaga.
La actuación arrancó en otoño de 2021 sobre 1,2 kilómetros de vía para que confluyan de mejor forma los vehículos procedentes de la A-8, desde Max Center y Bilbao y propiciar una segregación más eficiente de los vehículos procedentes de Cruces y con destino al centro de Barakaldo o al barrio de Lutxana. Además de la implantación de un cuarto carril, la obra ha incluido la remodelación de un paseo peatonal en el borde derecho de la carretera y la instalación de nuevas infraestructuras como pantallas acústicas y alumbrado led. Y se han aprovechado los trabajos para realizar un cambio de tuberías de abastecimiento de agua a la localidad fabril.
Ampliación del nudo de Kukularra
Las obras han supuesto una complejidad añadida al haberse realizado en convivencia con el tráfico. En junio de 2022, la Diputación anunció que abría expediente a la empresa TECSA, responsable de las labores, tras el segundo incidente en la zona en apenas dos semanas, que causó importantes afecciones al tráfico. Los trabajos se iniciaron poco después de finalizar la ampliación del nudo de Kukularra para elevar la capacidad de una zona en la que confluyen el acceso al puente de Rontegi y las salidas hacia Erandio y el corredor del Txorierri duplicando los carriles existentes. Por la zona pasa en hora punta más de un coche por segundo, por lo que la operación también buscaba reducir el riesgo de siniestros. Los trabajos se prolongaron durante 26 meses y requirieron una inversión final de 11 millones. En la presentación del proyecto, el diputado Imanol Pradales apuntó que ambas actuaciones buscaban «ganar tiempo» hasta poner en marcha lo que será «la solución integral contra los atascos en el área metropolitana, el túnel bajo la ría».
