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Iratxe Astui
Bermeo
Viernes, 6 de junio 2025, 17:46
La flota atunera de Bermeo, una de las más potentes de Europa, ha encendido las alarmas por la pérdida de sus buques en el Atlántico oriental, donde en menos de una década su presencia se ha visto reducida a la mitad. En la actualidad solo siete de sus unidades – Egalabur, Egaluze, Alboniga y Zuberoa (Atunsa), Albacora Caribe y Albacora Quince (Albacora) y Playa de Laga (Pevasa)– opera en aquellas aguas frente a la quincena que faenaba hace menos de una década.
Desde la Organización de Productores de Grandes Atuneros Congeladores (Opagac), que agrupa a armadoras de Bermeo, achacan la progresiva desaparición de sus unidades en el Atlántico por la presión que ejerce la flota de capital asiático, abandera por terceros países africanos como Ghana, Senegal o Guinea. «Aprovechan la falta de controles efectivos para expandirse en los caladeros que tradicionalmente ha ocupado nuestra flota», denunció el director gerente de Opagac, Julio Morón.
El retroceso en número de buques ha conllevado un «notable» descenso en las capturas a lo largo de los últimos años. De hecho, el volumen total de atún tropical pescado por la flota comunitaria en el Atlántico ha bajado un 24% desde 2016, y ha registrado incluso caídas más destacadas del 38 % en el caso del rabil y del 36% en el patudo. «No nos salen los números», afirman desde las atuneras bermeanas que operan en la zona y que advierten a su vez de que «no tenemos expectativas de expandirnos en el Atlántico».
«Mientras nosotros estamos obligados a cumplir estrictas normas de gestión pesquera –como vedas en el uso de dispositivos concentradores de peces, límites de captura o la presencia de observadores a bordo–, los buques asiáticos faenan sin apenas control», se quejan. Opagac pide en ese sentido una intervención «urgente» por parte de la Comisión Europea «para reequilibrar la situación». Reclaman que se proteja el atún capturado por la flota vasca y se impida que los supermercados europeos «terminen vendiendo únicamente producto asiático sin garantías ambientales ni laborales».
Las atuneras vascas han mostrado también su preocupación por los aranceles impuestos por Estados Unidos que «tensan» el mercado internacional y provocan el desplome del precio del atún. La Administración de Donald Trump establece en concreto un arancel del 35% al atún en aceite procedente de España. Mientras tanto, competidores como Tailandia también enfrentan aranceles, «lo que ha provocado que su exceso de producciónse redirija más barata a Europa», explicó Javier Delgado, director de mercados de la firma Inpesca de Bermeo.
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