El ave que abrió camino desde Cabo Verde hasta la costa de Lekeitio

El descubrimiento se produjo hace apenas dos semanas en una de las salidas pelágicas –como se conocen habitualmente– que se organizan en el municipio para observar fauna marina; principalmente cetáceos y aves. La excursión salió en el 'Kulixka', un yate clásico de madera construido en 1980 en los astilleros de Murelaga como yate de recreo para un particular, y que tras años como propiedad de la empresa Amarradores del Puerto de Bilbao fue donada al club de remo Isuntza.

«Lo mantienen en activo, con todos los permisos correspondientes, para llevar a las autoridades a la entrega de banderas en las regatas y también para hacer salidas turísticas a la mar como aporte de ingresos para la entidad deportiva», explica Jon Zubiaur, socio colaborador de la sección de ornitología de la sociedad de ciencias Aranzadi y guía de las expediciones marítimas.

El avistamiento se produjo de manera inesperada. «Vimos túnidos que acorralaban anchoíllas hacia la superficie, circunstancia que aprovechaban para pescar centenares de alcatraces, gaviotas y pardelas de diferentes especies; entre las que una nos llamó la atención de manera especial», añade Zubiaur.

«Y efectivamente, tras fotografiar y analizar las imágenes, ha sido identificada por expertos internacionales como una pardela de Cabo Verde», indica. «La 'Conectris edwardsii' es una especie endémica del archipiélago africano y en sus migraciones invernales se desplazan hacia el sur en dirección a las costas de Sudamérica, pero nunca hacia el norte», explica.

Esta ave marina, esbelta y con la cabeza y las partes superiores de color oscuro, ha sido detectada de manera muy ocasional en Canarias y Madeira, localizados geográficamente en África. «De manera que el de Lekeitio ha sido el primero para todo el continente europeo, documentado fotográficamente», añade Jon Zubiaur. «Existe otra cita desde el cabo de Estaca de Bares, en Galicia, pero sin imágenes», matiza.

Según los expertos, esta especie pasa la mayor parte de su vida en mar abierto. Puede recorrer grandes distancias, llegando incluso a las costas de América del Sur, siempre siguiendo las rutas que les ofrecen mejores condiciones climáticas y de alimentación. Entre sus peculiaridades destacan su capacidad para aprovechar los vientos oceánicos, –lo que le permite conservar energía durante sus largos vuelos migratorios– y su sensibilidad a los cambios ambientales. «Son indicadores clave del estado de salud de los ecosistemas marinos y aunque resulta muy difícil de determinar o aventurar las razones por las que ha llegado hasta nuestro litoral no podemos descartar que el aumento de la temperatura del agua del mar haya influido de manera notable», argumentó Zubiaur.

Clasificada como especie 'casi amenazada' por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su localización en el litoral de Lekeitio ha abierto la temporada de los mejores meses para ver todo tipo de aves marinas en el Cantábrico en plena ruta de migración.