Los inmigrantes cambian el alquiler por la compra de pisos en Euskadi

Los expertos consultados aseguran que este incremento confirma el asentamiento de los inmigrantes que vinieron hace años a trabajar aquí y que llevaban tiempo viviendo de alquiler. Aunque también destacan el creciente atractivo internacional de la vivienda de lujo vizcaína, sobre todo si está en Urdaibai o en la costa. Incluso sitúan el peso de ambos perfiles en torno a un cada vez más igualado 60-40%.

José Manuel González, presidente del Colegio Oficial de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Bizkaia, considera que con los extranjeros se está repitiendo «el bucle que se vivió en el siglo XX con los inmigrantes nacionales: llegaron aquí de habitación, luego alquilaron un piso y, cuando ahorraron un poco más, compraron su casa». No habla de ventas «en oleadas», sino de un goteo de operaciones «más complicadas de lo habitual, porque el banco concede como máximo préstamos por el 80% del precio de venta, y este perfil de comprador no suele tener esa capacidad de ahorro a corto plazo». Por eso, subraya, muchos optan por la figura de la «compra con pago aplazado, es decir, pactan con el vendedor pagarle durante una media de dos años unas cuotas mensuales hasta superar el 20% del dinero que debían dar de golpe, y luego escrituran oficialmente el piso y el préstamo correspondiente».

José Alonso, director de la inmobiliaria Don Piso en el norte de la península, afina más el perfil de este tipo de comprador: «Gente trabajadora y poco gastadora que trata de sacar chispas a su dinero», resume. En cuanto a su nacionalidad, asegura que predomina la latinoamericana, «Colombia, Bolivia, Nicaragua y Perú, principalmente». Aunque las comunidades chinas y rumanas cobran cada vez mayor protagonismo.

También el perfil de pisos coincide bastante entre estos compradores. Suelen decantarse por inmuebles «de 50 ó 60 años», un baño y hasta tres habitaciones con un tamaño medio de «80 metros cuadrados». «Muchos prefieren abaratar un poco el precio con viviendas a reformar que ellos van arreglando poco a poco».

De otro perfil bien distinto son los que adquieren pisos de lujo. Muchos de ellos a partir de los 500.000 euros, «pero que pueden llegar al millón y medio», según asegura Pablo Gulías, director del grupo Engel & Völkers en Bilbao. Si bien es cierto que su cifra es más limitada, también lo es que el interés despertado por Bizkaia entre este cliente está superando «todas las expectativas». «Hemos tenido un verano impensable con más de 40 solicitudes de compra, algo que nunca nos había pasado antes», reconoce.

Entre estos compradores, además, distingue a su vez dos grandes grupos. Por un lado, «uno de cada tres aproximadamente», son clientes con «algún tipo de vinculación con Bilbao, ya sea familiar o de negocios, y muchos buscan un buen inmueble en el centro de la ciudad para venir a vivir».

Luego hay otro 70% que se decanta por una segunda residencia, de nuevo «con una doble vertiente». Por un lado, la del disfrute vacacional en un destino con buen tiempo «pero sin los rigores del calor del sur de España, el Mediterráneo o las islas». Y por otro, personas con miras más a largo plazo y que aspiran a convertir esta vivienda en primera residencia «tras la jubilación». En ambos casos, la ubicación ya no es tanto el área metropolitana sino Urdaibai, «y localidades de costa como Sopela, Barrika o Plentzia».

La procedencia de estos extranjeros es muy variada, pero ganan «por mayoría los europeos del norte como alemanes, belgas, suizos, austríacos...». El peso de los estadounidenses, en cualquier caso, crece cada año y ya suponen «un 25% del total». Como el caso de un matrimonio americano que se va a avenir a vivir a Gatika. «Aquí compra poco ruso, que como destino en Euskadi se decanta principalmente por San Sebastián y su entorno», matiza Gulías.

Estas operaciones, en cualquier caso, suelen dilatarse mucho en el tiempo, normalmente varios meses y a veces un año. «La red internacional de nuestro grupo facilita las gestiones, pero al final ellos tienen que venir alguna vez físicamente a ver la casa que quieren comprar, por eso este verano hemos hecho auténticas rutas para estas personas que han aprovechado sus vacaciones para formalizar estas visitas».