El comercio de los barrios esquiva el último golpe
La restricción de la movilidad entre municipios desploma la actividad en la zona más comercial y ni se percibe en la periferia
luis lópez
Domingo, 1 de noviembre 2020, 05:27
Esta vez, los barrios ganan. No es algo frecuente. La buena noticia es muy limitada, una tirita en una fractura abierta. Pero algo es ... algo. Quizás, incluso, el inicio de un regreso a lo cercano, a lo próximo.
Hablamos de los efectos de las restricciones de movilidad entre municipios que están en vigor desde el martes en Euskadi. Desde el primer momento era evidente que el impacto en Bilbao iba a ser brutal. Hay que tener en cuenta que la ciudad está dimensionada para dar servicios no sólo a sus vecinos, sino a las miles de personas que llegan -llegaban- cada día por turismo, por trabajo o a pasar el rato. Pues bien, con la pandemia, durante los últimos meses, los visitantes extranjeros se redujeron casi a la nada. Los nacionales también decayeron porque la gente, en general, sale menos. Y ahora, dicen los hosteleros y los comerciantes, ha llegado el golpe de gracia: con la prohibición impuesta por el Gobierno vasco de moverse entre municipios también se queda fuera buena parte de esa clientela del entorno más próximo que percibía la capital como su centro de ocio y consumo.
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Pero cuidado. Esa situación impacta fundamentalmente en los negocios del centro de Bilbao, a donde llegan los visitantes a comprar y a tomarse algo. En los barrios, sin embargo, apenas han notado el cambio. El estropicio viene de largo, por supuesto, y las heridas llevan meses supurando. Pero este último golpe, el de esta semana, lo han esquivado de un modo bastante solvente. Miremos hacia los dos barrios periféricos más poblados de Bilbao: Santutxu y Deusto.
«Aquí no viene a comprar gente de otros municipios, así que no hemos notado una bajada de ventas por el cierre perimetral», confirma José Ángel Medina, presidente de la Asociación de Comerciantes de Santutxu. Tiene lógica. Y más en un barrio «que siempre ha sido muy independiente en cuestión de compras, porque tienes de todo. La gente, cuando sale, dice 'bajo a Bilbao'».
No significa esto que las cosas estén bien porque el comercio en general ya estaba sufriendo un «descalabro» desde marzo. Eso sí, va por sectores. «En la alimentación no hay ningún problema», recuerda Medina. Pero el segmento de la moda «sí está muy tocado, sobre todo por las ventas online de las grandes plataformas».
«Aquí no vienen a comprar desde otros municipios, así que no hemos notado una bajada de ventas por el cierre perimetral»
José Ángel Medina | Comerciantes de Santutxu
Al otro extremo de la ciudad, en Deusto, la situación es aún más llamativa. «Me está sorprendiendo hasta a mí el músculo que está demostrando el tejido comercial y hostelero», admite Ignacio Aguirre, gerente de la asociación de comerciantes del barrio. No quiere sonar autocomplaciente porque la tormenta es para todos. Pero lo cierto es que desde hace meses, asegura, el cataclismo llega de un modo más atenuado a esta zona de Bilbao. ¿Por qué es eso? «Hay varios factores: aquí las lonjas son más pequeñas que en el centro y los alquileres son más accesibles», lo que somete a menos tensión a los empresarios.
Primero, de Deusto
También habla de identidad, del sentido de pertenencia, eso que, en realidad, cultivan en todos los barrios. «Deusto fue municipio y algo de eso ha quedado; la gente de aquí primero es de Deusto y luego de Bilbao». Eso provoca, asegura, que los vecinos se comprometan con el comercio local. Y más cuando «hemos hecho mucha pedagogía, campañas muy cuidadas y además desde la asociación nos implicamos como un agente más en el barrio con actuaciones en el espacio público, poniendo énfasis en la responsabilidad social...». También ayuda que los residentes tengan «un nivel adquisitivo medio-alto».
«Mucha gente ha dejado de venir a Bilbao, y quien sigue viniendo por trabajo ha reducido mucho la vida social y las compras»
Jorge Aio | BilbaoCentro
En fin, que Deusto «está resistiendo muy bien en esta crisis» y los asociados a la agrupación de comerciantes incluso han aumentado en los últimos meses (de 200 a 232). «Hay negocios que han cerrado, claro. Pero también hay lonjas que estaban vacías y han vuelto a abrir».
En cuando a lo de la última semana, el cierre de la movilidad con otros municipios próximos, tampoco ha supuesto un gran impacto. Como en Santutxu. Porque «aquí los negocios viven de la gente de la zona». Es verdad que Deusto tiene una «diáspora importante». Personas nacidas ahí que viven en otros barrios pero mantienen la familia y los hábitos donde toda la vida. «Ha habido peluquerías que sí han tenido cancelaciones», apunta Aguirre. Pero, por lo demás, «en general veo bastante normalidad».
«Los bares pequeños, en los barrios, lo pasan peor si no pueden usar la barra; pero los del centro no viven sin la clientela de fuera »
Héctor Sánchez | Hostelería de Bizkaia
Nada que ver con lo que ocurre en el centro de la ciudad. «El impacto está siendo muy potente estos últimos días», certifica Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro. «Se ve en la calle y también en los ingresos del comercio y la hostelería. Mucha gente que venía a Bilbao por ocio ha dejado de hacerlo, y quienes aún siguen llegando por trabajo han restringido mucho la vida social, como las reuniones para comer o las compras al terminar la jornada laboral». En fin, que ha habido un cambio de hábitos desde el pasado martes, así que sufre el consumo, y «sin lugar a dudas está en riesgo la supervivencia de parte del tejido comercial y hostelero». Con las malas noticias en el ámbito sanitario, que cada día ganan en dramatismo, la ciudadanía «tiene miedo y el consumo se retrae aún más». Además, hay una especie de basculado y muchas personas «ahora consumen en su entorno, cerca de casa», lo que también limita la llegada al centro de Bilbao no sólo de vecinos de otros municipios, sino de Bilbao mismo.
Sin margen
Hay que apuntar que la situación de bares y restaurantes es algo particular, distinta a la del comercio. Dice Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, que la entrada en vigor de las nuevas restricciones el pasado martes supuso un varapalo para todos los negocios, da igual dónde estén, por la limitación de horarios, de aforos, y la prohibición de consumir en barra. Esto último, lógicamente, «afecta sobre todo a los negocios más pequeños», los que no tienen margen para instalar más mesas o terrazas. Muchos, claro, están en los barrios. Para ellos «la afección es tremenda».
«Me está sorprendiendo el músculo que está demostrando el tejido comercial y hostelero del barrio»
Ignacio Aguirre | Comerciantes de Deusto
Pero la otra pata de la regulación, la que se refiere a la movilidad, sí supone un hachazo sobre todo para el centro, donde bares y restaurantes «necesitan del consumidor de fuera para poder subsistir», mientras que en la periferia se nutren más de los vecinos próximos, los del barrio. Por este lado salen ganando, aunque sea un masaje suave en un océano de padecimientos.
«Estamos volviendo a lo local, a la tienda de la esquina, al ultramarinos. Y es un tendencia que se puede consolidar»
Massimo Cermelli | Deusto Business School
Los expertos ven lógico todo esto. Es decir, que «los negocios que dependen del consumo local van a sobrevivir, pero los que tienen dependencia de la clientela que les llegue del exterior van a sufrir muchísimo», resume Massimo Cermelli, profesor de Economía en la Deusto Business School. «Estamos volviendo a lo local, a la tienda de la esquina, al ultramarinos». Juan Antonio Barrenetxea, profesor en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y experto en Sociología del Consumo está bastante de acuerdo. «Esta situación es mala para todos, no beneficia a nadie, pero unos van a aguantar mejor que otros».
Dos maneras de verlo
¿Va a consolidarse esta tendencia? ¿Vamos a regresar a lo local, a lo próximo? ¿Nos quedaremos a partir de ahora en nuestros barrios, en nuestros pueblos? Aquí hay distintos pronósticos. Barrenetxea cree que no. «Cuando pase todo esto la necesidad de movernos va a seguir existiendo y el centro de Bilbao va a mantener su atractivo. Además, la movilidad interna en Bizkaia se va a recuperar rápido porque es muy cómodo desplazarse». Como ejemplo de lo rápido que regresamos a rutinas pasadas está lo ocurrido este verano. «Me llamó mucho la atención lo pronto que reabrió todo y las prisas por recuperar la normalidad. Como si no supiésemos que esta pandemia tendría más oleadas».
«Cuando pase todo esto la necesidad de moverse va a seguir existiendo y el centro de Bilbao va a mantener su atractivo»
Juan Antonio Barrenetxea | Universidad del País Vasco
Cermelli, sin embargo, vaticina que sí se va a consolidar «la vuelta a lo local, a valorar lo que tenemos alrededor». El barrio, el pueblo. Ahora, «cuando voy por Santutxu y Otxarkoaga veo mucha más vida que en el centro». Es consecuencia de la situación actual, claro. Pero sospecha que puede ser el primer paso en un cambio de hábitos que llegue para quedarse.
Un sector vital
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90,1% es el porcentaje del PIB de Bilbao que genera el sector servicios, en el que el comercio y la hostelería tienen un protagonismo abrumador.
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