El colegio Scientia despide a sus 24 profesores, sin cobrar desde enero
Los empleados podrán cobrar el paro y buscar trabajo tras varios meses sin sueldo, pero afrontan un largo periplo judicial contra la empresa
«Jamás hubiese pensado que me alegraría de que me echen a la calle». Así resume una profesora del colegio Scientia San Pedro de Bilbao ... el calvario por el que han pasado en los dos últimos años. Los gestores del centro han ejecutado un ERE por causas técnicas, organizativas o productivas que ha resultado en el despido de los 24 trabajadores que aún quedaban en el centro.
Esto permite a los empleados cobrar el paro y, sobre todo, buscar un nuevo trabajo tanto en otros colegios concertados como en la red pública, que exige exclusividad. Sin embargo, aún tienen por delante un largo camino judicial en el que exigirán a la empresa que les abone la indemnización del despido -20 días por año trabajado hasta un tope de doce mensualidades-, así como el salario de los últimos meses.
El pasado mes de enero, el Departamento de Educación retiró la financiación pública al colegio tras detectar varias irregularidades que nunca ha detallado. El colegio pasó entonces a ser totalmente privado, por lo que todas las familias fueron reubicadas en otros centros educativos. Los profesores pasaron a estar empleados por una firma que llevaba meses sin pagar a sus proveedores, en un colegio que se había quedado sin alumnos. Llevan desde entonces sin cobrar ni un euro. «Era una situación insostenible. Es imposible hacer tu vida con normalidad sin dinero, sin trabajo y sin respuesta», resumen.
La empresa ejecutó el despido el pasado 11 de mayo, el día anterior al primer juicio en el que los profesores demandaban la extinción del contrato. A lo largo de los próximos meses y años tendrán lugar más juicios, en los que la plantilla exigirá lo que se le debe. En cualquier caso, el despido ha sido recibido con alivio. «Podemos buscar trabajo y seguir con nuestra vida, aunque esto no ha acabado y seguramente nos queden dos o tres años hasta que podamos cerrar del todo este capítulo, la peor experiencia de nuestras vidas», afirman.
Todo comenzó en 2022, cuando Scientia School, una filial del conglomerado de origen mexicano Atlas Holdings, compró el colegio a una orden de monjas, que lo habían regentado durante más de un siglo. Los nuevos gestores, que también tienen un negocio de soporte informático y contenido educativo, llegaron con promesas de crecimiento y renovación. Sin embargo, los problemas económicos no tardaron en llegar. Dejaron de pagar a la empresa de catering, a un proveedor de material informático e incluso a aquellos profesores cuyos sueldos no dependían del Gobierno vasco por impartir clase en etapas no concertadas, como las aulas de 0 y 1 años. Todo se agravó hasta enero de este año, cuando el colegio perdió el concierto y los alumnos. Scientia ha quebrado otros colegios en San Sebastián, Galicia y Getafe.
«Ha sido totalmente surrealista, vergonzoso, denigrante, humillante...», enumera una trabajadora. «Queremos que se sepa cómo la justicia, la ley, las normas, están hechas sólo para defender al empresario, a las administraciones y en ningún caso a un trabajador que lleva meses sin cobrar», reprocha.
Además de su sueldo habitual, los profesores tampoco han recibido el dinero que el Gobierno vasco inyectó el pasado mes de diciembre a la red concertada para equiparar el salario de los docentes con la red pública. «El Gobierno no se lo ingresó a Scientia para que no se lo quedase y nos dijo que nos lo haría llegar a los trabajadores. Hemos reclamado ese dinero y nos dicen que es complicado, que no encuentran la forma legal de hacerlo», censuran fuentes de los trabajadores.
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