Los bomberos se forman para prevenir suicidios: «Intentamos convencerles de que se den otra oportunidad»
24 funcionarios de nuevo ingreso en el Cuerpo de la Diputación reciben una primera formación de 7 horas para prepararse para intervenir en tentativas de suicidio, una de las actuaciones que más crecen
184 personas terminaron el año pasado con su vida en Euskadi. Los Bomberos cada vez realizan más rescates de este tipo: son actuaciones que han crecido de «forma exponencial», según coinciden cabos del Ayuntamiento de Bilbao y del Cuerpo foral. Son las intervenciones que más se están incrementando, además de las de acceso a domicilios en los que residen personas mayores o impedidas. Por este motivo, los primeros han empezado a formarse con el apoyo de la Asociación Internacional de Bomberos y Psicología de Emergencias. Los segundos, que cuentan con ocho parques repartidos por todo el territorio, reciben formación interna. Gerardo Santa Coloma, psicólogo clínico que obtuvo su plaza como bombero foral y ahora es cabo en Urioste, empezó a formarse en la suicidiología y comenzó a formar a un equipo de instructores y a las nuevas promociones tras comprobar que había «carencias».
Publicidad
Las tentativas se han incrementado en mayor medida entre las personas jóvenes y los ancianos. «Igual hay una persona que lo consuma, pero lo ha intentado diez veces. La cantidad de tentativas es aterradora. Esto se va a quedar aquí, y lo mismo que tienes que estar preparado para una intervención de montaña o un accidente hay que estar preparado para esto. Hay un evolutivo creciente y no hay guardia en la que seamos requeridos incluso simultáneamente», explica. Ahora son 6 los instructores que dan clases a la plantilla sobre estas intervenciones. Crecen, sobretodo, en los núcleos urbanos y también en gente joven en estado «psicótico por drogas o por problemas de acoso», relata. En 2019 y 2020 los Bomberos de Bizkaia realizaron 28 intervenciones por suicidio. Pero ya el año siguiente se elevaron a 58 y el año pasado, a 103. En lo que va de año y hasta esta mañana, habían realizado 20.
24 funcionarios de nuevo ingreso han realizado hoy en el parque de Urioste el curso teórico y práctico de 7 horas que les permitirá enfrentarse a estas situaciones dramáticas mejor preparados. Primero, han estudiado contenidos relacionados con la prevención, adquirido nociones de psicología de emergencias o de afrontamiento de la tragedia. Después han realizado prácticas de rescates y cuando se incorporen a los relevos, realizarán otras 4 horas de prácticas de maniobras. «Están aumentando estas situaciones, que son muy sensibles, y para nosotros es indispensable. Cada día se producen más, no solo en el trabajo si no también en el círculo más cercano. Por eso es importante tener formación y conseguir que la gente no lo consuma», detalla Imanol Alonso, uno de los bomberos que ha acudido al curso.
«No quieren morir, quieren dejar de sufrir»
«Intentamos dotar de herramientas psicológicas a los bomberos para que puedan enfrentar con relativo éxito estas intervenciones. Son unas situaciones muy estresantes que requieren de cierto grado de preparación», expone Santa Coloma. Siempre arrancan con el aviso. Durante el trayecto, tratan de descubrir más datos sobre la víctima: la edad, el sexo, si padece alguna enfermedad o si ya había intentado quitarse la vida con anterioridad. En función de eso, toman las primeras decisiones. Una vez que llegan al lugar, deben «guardar la calma para que la persona no se ponga nerviosa ni se sienta agredida. Hay que evitar que pueda caerse. Se debe ganar su confianza, templar su estado emocional, lograr suavizar su excitación y realizar ese rescate». Los bomberos han de saber qué comunicación verbal o no verbal emplear.
«No quieren morir, quieren dejar de sufrir. El sufrimiento es tan fuerte que no encuentran herramientas para salir adelante y nosotros tenemos que convencerles de que se den otra oportunidad», explica. «Se requiere una sensibilidad. Hemos de practicar la escucha, la empatía. Muchas de esas personas lo que necesitan es ser escuchadas porque nadie lo ha hecho hasta ahora o todo lo anterior ha fallado. Nosotros llegamos y tratamos de salvarle», dice el cabo. «No debemos juzgar ni acudir con ideas preconcebidas. Están así porque todo ha fallado. En ese momento somos el eslabon entre el aquí y el más allá y tratamos que se quede».
Publicidad
Noticia Relacionada
Los bomberos se forman para afrontar el «exponencial» aumento de rescates
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión