Bizkaia multiplica por cinco el fraude fiscal descubierto en operaciones internacionales
La cuarta parte de los 414 millones aflorados por la inspección de Hacienda en 2022 involucraban a otros países
La Hacienda foral de Bizkaia descubrió el año pasado una bolsa de 414 millones de euros de fraude fiscal en el territorio. Es decir, dinero ... que no se había declarado habiendo obligación de hacerlo. La novedad es que la cuarta parte de esa cantidad procede de operaciones internacionales, tanto de empresas como de personas físicas. En concreto, el Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR) concentra 102,7 millones de fraude, casi cinco veces más que en el ejercicio anterior, cuando fueron 22. El enorme incremento tiene más que ver con que se hayan mejorado los procesos de rastreo e investigación que con que haya más defraudadores.
Desmenuzaron las cifras este miércoles el diputado de Hacienda y Finanzas, José María Iruarrizaga, y el director Iñaki Alonso. «El de la fiscalidad internacional es un ámbito muy complejo y ahora hemos recogido los frutos de varios años de trabajo», dijo Alonso. ¿De qué estamos hablando? De grupos de empresas con implantaciones en diferentes países que declaran fuera ingresos generados aquí, de firmas con filiales en paraísos fiscales que hacen maniobras perniciosas, o de particulares que declaran ingresos generados en el extranjero que presentan como exentos o con bases imponibles negativas que en realidad no lo son.
El balance sobre el fraude fiscal siempre es un entorno propicio para la autocomplacencia institucional porque si el dinero descubierto baja se puede adjudicar a un proceder más ejemplar de los contribuyentes, y si sube, a una mayor diligencia de los servicios públicos en la persecución. El razonamiento, puesto al revés, también puede utilizarse para la crítica. Así que desde la Diputación prefieren no hacer comparativas anuales con el argumento de que cada año es diferente, que una operación potente tiene efectos estadísticos que distorsionan (en 2022 una actuación contra una empresa no residente en Bizkaia con intereses aquí destapó 28,9 millones) y que, al fin y al cabo, hay ejercicios en los que se recogen los frutos de investigaciones arrancadas tiempo atrás.
Aún así, esta es la evolución: antes de la pandemia cada año afloraban unos 500 millones de euros en Bizkaia. Luego, en 2020 y 2021 se redujo a poco más de 300 millones, en parte por la menor actividad, en parte quizás por las dificultades de las administraciones para trabajar durante la crisis sanitaria, y en parte por el avance de la tecnología, que se lo pone cada vez más difícil a los defraudadores. Ahora, en 2022, hay un repunte hasta los mencionados 414 millones que se imputa, como queda dicho, a los 102 de operaciones internacionales. En estas últimas han jugado un papel importante los 162.708 intercambios de información con otros otros países sobre 44.181 personas (físicas y jurídicas).
Sólo en IVA han aflorado cantidades mayores, 116 millones. También se han descubierto 77,5 millones en retenciones mal calculadas, 56,6 en omisiones en el Impuesto sobre Sociedades, 32 millones en IRPF, 2,4 millones en diez delitos fiscales, 1,8 en el Impuesto sobre el Patrimonio y 25 en otros impuestos.
La idea es que con la obligatoriedad del sistema Batuz a partir del año que viene se ponga más difícil esquivar al Fisco. Ahora la adhesión es voluntaria y hay 12.602 empresas y profesionales adheridos; cuando sea obligatorio serán «unos 90.000», avanzó el director de Hacienda.
Desde la Diputación también se han felicitado de que se logra cobrar la inmensa mayoría de las cantidades defraudadas descubiertas. Sobre un 90%. A veces lleva su tiempo, así que hay que mirarlo con perspectiva y desde 2009 se ha logrado ingresar el 93%. Del 7% restante, una parte son sanciones que están pendientes de resolución judicial y otra concursos de acreedores en los que a la hora de repartir los restos del naufragio, si es que queda algo, no llegan a saldar las deudas con Hacienda.
Durante el año pasado la Hacienda foral ha realizado más de cuatro millones de atenciones a los contribuyentes. La inmensa mayoría han sido online (el 76%), a continuación están las telefónicas (20%) y por último las presenciales (4%).
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