Bilbao insta al Gobierno central a avanzar en la tramitación del tren rápido hasta Santander

El Ayuntamiento muestra así su apoyo a un proyecto que el pasado diciembre recibió un duro golpe al quedarse fuera de la Red Básica Ampliada de las líneas transeuropeas, lo que le impide acceder a los fondos de financiación comunitarios. La única opción de que el plan no quede para siempre en un cajón es, por lo tanto, que el Gobierno central decida asumirlo con fondos propios. Sin ayuda exterior, haciendo frente a los 2.000 millones de euros en los que está presupuestado.

Mientras el actual ministro de Transportes, Óscar Puente, no ha realizado ninguna declaración sobre el trazado desde que llegó al cargo, su predecesora, Raquel Sánchez, señaló que en el caso de que el proyecto se quedara sin financiación comunitaria, el Ejecutivo daría un paso adelante. «El tren a Bilbao no se quedará en papel. Este riesgo no existe, al menos con este Gobierno», aseguró en ese momento.

El Ayuntamiento de Bilbao, en cambio, no ha reclamado al Gobierno central que se haga cargo de los costes que supone el proyecto. Así lo solicitaba el PP en la propuesta de acuerdo presentada, en la que instaba al Gobierno central a «cumplir el compromiso público adquirido por la anterior ministra de Transportes», mismo reclamo que Elkarrekin en una enmienda presentada. Sin embargo, en el texto finalmente aprobado por los partidos que componen el Gobierno municipal (PNV y PSE-EE) se ha eliminado toda referencia sobre quién debería asumir los gastos.

El Ejecutivo tiene dos alternativas sobre la mesa: un trazado con un coste de 2.025 millones y un tiempo estimado de trayecto de una hora y tres minutos y otro con un coste de 2.193 millones y más rápido, ya que recorrería los cerca de 100 kilómetros en 58 minutos. Más rápido este último, pero sin parada en Laredo -solo en Castro-. Ambas dentro de un macroproyecto de ingeniería que incluye un 70% del trazado y con otra parte importante de estructuras y viaductos.

En cuanto a los plazos esperados para que este proyecto salga adelante, que haya quedado fuera de la Red Básica Ampliada europea supone un varapalo importante. Los trazados incluidos dentro de grupo debían estar funcionando en 2024. Aquí es donde se pretendía colocar el tren Santander-Bilbao. Sin embargo, el que quedara fuera aplaza su puesta en marcha hasta un horizonte difuso.