IA, impresoras 3D y mucho juego en el BEC
5.000 apasionados de tecnología ya disfrutan de la nueva edición de la Euskal Encounter
Alin Blanco
Jueves, 24 de julio 2025, 15:18
La trigésimo tercera edición de la Euskal Encounter, el mayor evento de tecnología y videojuegos a nivel nacional, abrió ayer sus puertas en el Bilbao ... Exhibition Centre de Barakaldo. Ya están instalados ahí los más de 4.000 ordenadores que los apasionados de los videojuegos han traído desde sus propias casas. Se espera que durante los cuatro días que dura el encuentro, hasta el lunes, por allí pasen más de 5.000 visitantes, que podrán participar en cerca de 200 actividades. La IA vuelve a ser protagonista, pero también se abordarán temáticas como la programación, la robótica o las ciberviolencias.
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El Opengune -un espacio gratuito y abierto al público- acoge conferencias sobre los diversos ámbitos de la tecnología, así como talleres sobre las diferentes herramientas y programas digitales. Esta zona también cuenta con numerosos stands de venta de artículos y una granja de impresoras 3D, áreas destinadas a la robótica y la realidad virtual. «Puedes venir tanto a ponerte unas prótesis de orejas de duende, como a construir tu propio robot o imprimir una figura en 3D», explica uno de los organizadores.
El BEC se convierte durante estos días en un campamento que acoge a los fanáticos de los videojuegos de todas las edades y de todos los rincones del país. Los asistentes pasan prácticamente las 96 horas que dura el evento frente a sus ordenadores. El pabellón 5 se llena de pantallas pero también de maletas, sillones, comida y 'snacks' de todo tipo. Miles de participantes construyen en él su pequeño refugio personal con luces de colores, sillones, banderas y hasta figuras de sus personajes favoritos.
Alejandro, David y Jonatan son veteranos de 'la party'. Llevan veinticinco años asistiendo. Al principio se llamaban por sus 'nicknames' -sus usuarios en las plataformas digitales-, pero ahora ya conocen a la familia de cada uno, ya que en ocasiones vienen acompañados. Los tres pertenecen a 'Under Clocking', un grupo de cincuenta personas que acuden juntos al encuentro cada año. Muchos estudiaron juntos en la universidad, y con el tiempo se han sumado personas de distintas partes del país, principalmente de Burgos, Pamplona y Zaragoza, aunque también hay dos participantes que viajan desde Irlanda y Lyon (Francia) exclusivamente para 'la Euskal'.
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«Para nosotros es ya como una reunión familiar. Antes veníamos para descargarnos películas y demás, pero ahora lo hacemos para socializar y estar con la gente, jugar ya casi es secundario», explica Jonatan, que trae consigo a su hijo Enzo de 9 años. Es la tercera ocasión en la que asisten juntos. «Me encanta todo lo de los ordenadores, pero lo que más me gusta es jugar a videojuegos», señala el pequeño.
Equipos customizados
Eva es madrileña y lleva cinco años viviendo en Bilbao. Viene con su pareja Manuel, a la que conoció también mediante internet. Juntos han montado un pequeño puesto en el que además de exhibir sus enormes pantallas y teclados de infinitos colores, ponen a la venta las diferentes figuras de personajes de videojuegos y películas que hacen a mano, ella en crochet y él mediante impresión 3D. «A Manuel le encanta hablar con la gente y atender el puesto. Yo he venido más a jugar», asegura la joven.
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El macroencuentro también permite exhibir tecnología exclusiva diseñada por los propios asistentes. Luis, Iván y Manuel, tres amigos gallegos que debutan, muestran una enorme torre CPU futurista con transparencias y luces de neón. «Es difícil calcular el precio de estos equipos -explica Luis-. Compramos las piezas por internet y los modificamos según nuestros gustos». El coste, aseguran, ronda las tres cifras y, si se tienen en cuenta los accesorios, es aún más. Pero para ellos lo más valioso es el componente emocional. «Son piezas que hemos creado nosotros mismos y según nuestros gustos personales. Eso no se puede comprar en ningún lado», advierten. También es el caso de Oroitz, un joven donostiarra de 32 años que asiste con sus amigos por quinta vez y expone seis teclados «solamente para presumir». «Los desmonto, los pinto a mano y cambio las teclas para que el tacto y el sonido sea más 'premium'», explica. Aún así destaca que «lo mejor es la gente y el ambiente».
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