Xabi Rabaseda se despide del Bilbao Basket: «Lo que hacemos como profesionales se olvida, pero lo que hacemos sentir, permanece»
Bilbao Arena ·
El ya excapitán de los hombres de negro durante las tres últimas temporadas ha asegurado que ha intentado «ser la mejor versión de mí mismo en todos los equipos en los que he estado»Con los acordes y la música de 'My Way', uno de los temas eternos de Frank Sinatra, el Bilbao Basket ha despedido este martes a ... su capitán Xavi Rabaseda. Arropado por el director deportivo, Rafa Pueyo, su compañero de equipo Tomasz Gielo y una nutrida representación de los trabajadores del club, el alero ha puesto punto final a su etapa de tres temporadas como hombre de negro. «Siempre he intentado ser la mejor versión de mí mismo en todos los equipos en los que he estado».
Lleva seis en su hoja de servicios -Barcelona, Fuenlabrada, Estudiantes, Gran Canaria, Burgos y Surne- y habrá uno séptimo porque, según trasladó, espera visitar Miribilla la próxima temporada vestido con otra piel. «Quiero seguir jugando, buscaré opciones en el mercado, aunque todavía es pronto», dijo durante su intervención, en la que no hubo lágrimas. Las gastó el día del Barcelona, momento en el que se rompió y que recordará el resto de su vida porque fue su último baile en el 'infierno'.
Antes de las reflexiones de Rabaseda, sereno y feliz por el camino recorrido, el club proyectó un vídeo con su primera rueda de prensa, jugadas en las que machacaba el aro rival y hasta cantaba en euskera caracterizado como Olentzero. «He vivido tres años espectaculares. Aquí ha crecido mi hijo y ha nacido mi hija.» Y contó una anécdota. «El otro día me dijo mi hijo: '¿Podemos ser del Athletic aunque nos vayamos?'».
Acompañó el comentario con una sonrisa sincera, consciente de que la ciudad, el Bilbao Basket y los colores rojo y blanco se habían colado en su vida y en la de su familia para siempre. «Xavi deja una gran huella por su compromiso, trabajo, actitud, rendimiento. Su imagen levantando el título de la FIBA Europe Cup quedará para la historia del club y de Bizkaia», le alabó Rafa Pueyo, quien prefirió cederle todo el protagonismo.
A un hombre que ha liderado dentro y fuera de la cancha, predicando con el ejemplo, más o menos acertado, pero siempre apegado a una gran ética laboral, respeto y compromiso con el escudo. «Espero que haya podido enseñarles algo -a sus compañeros de vestuario- con mi experiencia y mi forma de trabajar en los buenos y en los malos momentos. Me gustaría que tuvieran un buen recuerdo de mí. Dejo un legado de ser un compañero, un capitán y un ejemplo, porque desde el ejemplo se exige a los demás. Espero que alguien coja este relevo y demuestre cómo se defiende esta camiseta», deslizó Rabaseda. El polaco está negociando su continuidad. Preguntado por un recuerdo imborrable y un instante malo, el catalán destacó la conquista del título y el último partido contra el Barcelona como dos situaciones felices, mientras que en el otro lado de la balanza situó las lesiones y sus operaciones de «mano y boca».
«Me ha faltado seguir»
El alero lleva muy adentro el trofeo de la Europe Cup porque «ganar es muy difícil» y también su último baile en Miribilla, donde salpicó con lágrimas su adiós, pero más allá de los logros deportivos se queda con la parte humana de la historia. «Lo que hacemos como profesionales se olvida, pero lo que hacemos sentir permanece».
El ya excapitán de los hombres de negro no tuvo ningún inconveniente en reconocer que le hubiera encantado continuar en Bilbao. «Me ha faltado seguir. Pero bueno, estas cosas pasan. Desgraciadamente, muy pocos empiezan y acaban su carrera en el mismo equipo. He estado en seis y tendré que buscar a otro». Expresó más de una vez su amor y apego a la capital vizcaína, a su gente y forma de ser, y prometió volver. Admitió que le costó asumir la falta de minutos en esta última campaña, pero lo encajó sin reproches. «No es fácil. Pero en una charla con Raúl García en Artxanda hablamos de esto y comentamos que había dos opciones: o te rindes y das la razón al entrenador o sigues luchando e intentas revertir la situación. Yo intento demostrar que puedo jugar y lo voy a hacer«.
En todo momento defendió la importancia del equipo por encima del «ego personal», que siempre tiene que quedar en un segundo o tercer plano. Cuando se le pidió que nombrara a su sucesor en la capitanía, Rabaseda no tuvo dudas. «Tomasz (Gielo). Aunque tengáis a Harald (Frey), a Melwin (Pantzar), a Tryggvi (Hlinason), quien tiene experiencia pero le falta el carácter de liderazgo en el vestuario, creo que es Tomasz. Los días que estuve fuera -por lesión-, él dio un paso adelante. Puede ser un muy buen capitán».
El polaco, sentado en las últimas filas de la sala de prensa de Miribilla, le atendía con atención. Está negociando su continuidad y habrá que ver si hay fumata blanca. Al término del acto se abrazaron. Luego Rabaseda lo hizo con el resto. Ya es historia.
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