Saras Jaskevicius, el hombre que triunfó al nacer
Rival mañana del Bilbao Basket ·
El técnico del Barça vino al mundo pese a las presiones para que su madre abortara, tuvo que hacer colas por un poco de pan y arroz y acabó convirtiéndose en una leyenda del baloncestoSarunas Jasikevicius es un espectáculo en el banquillo. Lo fue también en la cancha, donde al igual que ahora daba miedo. Entonces con su juego, ... hoy con su personalidad, voz y unos ojos a los que es imposible sostener la mirada. Los que han entrenado con él o los que son entrenados por él aseguran que su intensidad no tiene límites y que es capaz de abarcar lo inabarcable, pensar miles de cosas a la vez y ejecutarlas en una milésima de segundo. El entrenador del Barcelona es un técnico brillante -su manera de dirigir hunde sus raíces en el baloncesto de Zeljko Obradovic, al que admira- y una persona con un pasado digno de una novela. Saras, cuyo Barça recibe mañana al Bilbao Basket en el Palau (19 horas), vino al mundo pese a las presiones para que su madre abortara, guardó colas con sus padres por un poco de pan y arroz cuando Lituania dejó la URSS y acabó convirtiéndose en una leyenda del balón naranja. Vestido de corto lo ganó casi todo y ahora quiere hacerlo de traje. Así viste la autoridad.
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Datos personales
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Sarunas Jasikevicius nació en Kaunas (Lituania). 46 años.
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Palmarés como jugador. 4 Euroligas, 2 ACB, 3 Copas y 7 ligas de Grecia, Turquía, Lituania e Israel. Campeón de Europa y bronce en Sidney 2000.
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Como entrenador. 5 ligas y 3 Copas lituanas con el Zalgiris. 1 ACB y 2 Copas con el Barcelona.
Jasikevicius, que acaba de meter al Barça en la Final Four de Belgrado, logró su victoria más importante el 5 de marzo de 1976. Aquel día nació en Kaunas gracias a la determinación de su madre de tenerle pese a la insistencia de su entrenador Igor Turcin de interrumpir el embarazo. Rita Jasikeviciene era una reputada jugadora de balonmano y una de las piezas importantes en la selección de la antigua URSS. Soportó todas las presiones y siguió adelante pese a un sinfín de advertencias y amenazas, algo que le costó perderse los Juegos de Montreal y no volver a defender jamás los colores de su país. El combinado soviético ganó el oro en Canadá; ella, un hijo. Fue un pequeño milagro el alumbramiento de Saras, la vida que brotó pese a un sistema en el que los objetivos -en este caso deportivos- estaban por encima de la moral y las personas. Rita nadó a contracorriente y llegó a tierra firme. «Me debes unos Juegos», solía decirle en bromas. 24 años después, su niño se colgó el bronce en Sidney 2000 con Lituania.
Es un episodio que marcó a Jasikevičius, un hombre pasional que jamás olvida el valor de la vida. Lo hizo patente en una comparecencia en 2017 cuando entrenaba al Zalgiris, equipo con el que conquistó cinco ligas y tres Copas lituanas. En aquel momento, el club de Kaunas jugaba las semifinales del campeonato nacional contra el Neptunas Klaipeda. Acababa de ganar el tercer partido de la serie. Uno de los periodistas le preguntó por la baja de Augusto Lima, ahora en el Murcia. Así fue el diálogo entre ambos y el razonamiento de Saras.
- Periodista: ¿Qué piensa de la ausencia de Augusto Lima en la mitad de las eliminatorias para marcharse a ver el nacimiento de su hijo?
- Saras: ¿Qué pienso? Yo le he dejado.
- P. Pero… ¿es normal eso durante unas semifinales?
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- S. ¿Tienes hijos? Cuando los tengas, lo entenderás. Es la mejor experiencia del ser humano. ¿Piensas que el baloncesto es lo más importante?
- P. No, pero es una semifinal y es importante.
- S. ¿Semifinal? ¿Qué es importante?
- P. El Zalgiris, el equipo.
- S. ¿Importante? Cuando seas padre entenderás qué es lo más importante en la vida. Vienes y me hablas. Porque es lo mejor del mundo. Créeme, ni títulos ni nada más. Augusto Lima está ahora en el cielo emocionalmente y estoy feliz por él.
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Aquella rueda de prensa se hizo viral y dio la vuelta al mundo. Saras, la conquista más importante de su madre, sabía de lo que estaba hablando. Para él, nacer era un triunfo.
Se perdió los Juegos de Montreal porque se negó a abortar pese a un sinfín de advertencias y amenazas
su madre
Moscú «nos cortó el acceso a todo lo que hasta entonces era fácil: comida, bebida, gas...»
CON EL Nacimiento de lituania
Diez clubes diferentes
El ahora técnico del Barcelona, club en que el militó cuatro temporadas en dos etapas distintas, asistió a los 14 años al desmembramiento de la URSS y al alumbramiento de Lituania como país independiente. No fue una época fácil, sobre todo al principio. «Tuve que hacer colas para conseguir pan, arroz y papel higiénico. Ellos (Moscú) nos cortaron el acceso a todo lo que hasta entonces era muy fácil: la comida, la bebida, el gas...», comentó hace poco en una entrevista con Catalunya Radio, en la que también se mostró consternado por la devastación de Ucrania.
Pudo formarse en la Universidad de Maryland, donde jugó con los Maryland Terrapins (1994-1998). Regresó a Lituania en 1999 y firmó por el Lietuvos Rytas. A partir de ahí, su carrera se disparó. Militó en 10 clubes diferentes y vivió en siete países distintos. Saras ganó cuatro Euroligas -con el Barça, Maccabi (2) y Panathinaikos-, dos ACB y tres Copas del Rey, además de conquistar los campeonatos nacionales e innumerables trofeos en Grecia, Turquía, Israel, Eslovenia... Estuvo en la NBA con los Indiana Pacers y los Golden State Warriors, pero no consiguió sacar brillo a su baloncesto. Siguió trabajando. Subió al cajón olímpico de Sidney y se proclamó campeón de Europa con Lituania (2003). Se lo debía a su madre. Deuda saldada.
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