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Y otro partido. Y otra final. Esa es la dura rutina del RETAbet esta complicada temporada. Cada encuentro es el último. Y el de esta ... tarde en Miribilla frente al San Pablo Burgos, reciente campeón de la Champions, es el partido en el que los bilbaínos deben demostrar que se puede. ¿Qué? Salvar la categoría. Porque una victoria hoy, es cierto, no se traduciría en la permanencia, pero sí aumentaría la moral de un bloque que seguiría dependiendo de sí mismo y metería presión a un Estudiantes que debería ganar el viernes a los castellanos. Una derrota, en cambio, dejaría la permanencia del Bilbao Basket a la altura del milagro; precisaría una carambola que implica, nada más y nada menos, tumbar a un todopoderoso Real Madrid, solo dos derrotas este curso en la Liga Endesa, en su cancha. De ahí que hoy es el día para sumar otro triunfo.
Sabe Álex Mumbrú que el duelo resulta complicado. Que el Burgos llega con el subidón que supuso recaudar la Champions hace diez días. Y que se planta en Miribilla sin competir desde entonces. Descansado, con la mirada puesta en lograr un triunfo para cerrar el sexto puesto del play-off... De ahí que al preparador de los hombres de negro le preocupe el nivel del depósito de gasolina de su plantilla, que no contará ni con 72 horas de respiro tras superar al Fuenlabrada -y con diez días de confinamiento previos-, pero con un alivio en el apartado mental. «Estamos con la positividad que da ganar, pero intentaremos recuperarnos al máximo físicamente», aportó ayer en una comparecencia en la que evitó trasladar presión a su vestuario.
Si gana Depende de sí mismo. Si supera al Madrid (jueves, 21.15 horas, fuera) y al Joventut (domingo, 12.30 horas, en Miribilla), salvado. En cambio, si pierde uno de esos dos duelos, dependerá del Movistar-Burgos del viernes.
Si pierde Solo le vale ganar al Madrid y al Joventut. Y tiene que esperar que el Burgos gane en la cancha del Estudiantes el viernes (20.30 horas). De lo contrario, desciende.
Sí, empleó la palabra final, habló de que el Bilbao Basket lleva mucho tiempo jugando duelos de este tipo, pero esquivó otro tipo de palabras, como responsabilidad, obligación, y se centró en el choque de esta tarde en el Bilbao Arena. Solo le interesa ese resultado - «miraremos de reojo el Estudiantes-Burgos» del viernes, dijo-, y asumió que el encuentro será «complicado». Alabó, en este sentido, el roster de su oponente, un equipo en continuo crecimiento, y que definió como «compensado». Reconoció la calidad de su bases, Cook y Renfroe, «dos de los mejores de la ACB», de sus 'doses'... De todas sus líneas.
Y enfrente un grupo que afronta un maratón de duelos por la salvación y que, al menos, recuperó el sábado a Ondrej Balvin, su bastión, y se encontró con buenos minutos del fichaje Totè. También con un triunfo. Y ése es el camino. «La línea a seguir es la de la victoria», proclamó el barcelonés, que trazó las claves para encontrar ese sendero: «Tendremos que hacer un partido muy serio y completo y esperar que no estén muy acertados. Debemos explotar nuestras virtudes y que ellos no jueguen cómodos», solicitó a un equipo que piensa que se puede. Pero que asume que todo pasa por superar a los castellanos esta tarde en Miribilla. El momento de la verdad.
La hora de evidenciar que pese a todo lo que ha ocurrido, el Bilbao Basket sigue con vida, con oxígeno. El grupo es una piña. Lo demuestran, por ejemplo, imágenes como la del sábado, con Rousselle, recién operado del tobillo, animando igual que un aficionado a sus compañeros. Todos empujan. «La desgracia te une. Va con muletas... No podemos lamernos las heridas. Es lo que nos ha tocado vivir. Hay que seguir adelante». Y la única manera de continuar en esa dirección es ganar al Burgos. Como decía hace una semana Mumbrú: «¿Difícil? Es difícil. ¿Complicado? Es complicado. ¿Imposible? No, porque depende de nosotros mismos». Y para que eso siga así debe ser con un triunfo ante el campeón de la Champions.
Lo recordaba el máximo dirigente del San Pablo Burgos, Félix Sancho, poco después de sumar su segunda Champions consecutiva el pasado 9 de mayo. «El anterior presidente de la FEB nos invitó junto al Barça B a formar parte de la LEB oro». Fue en 2015. Duró ahí dos años. Porque en 2017 ya estaba en la ACB. Es cierto que el Burgos sufrió al principio, pero luego su crecimiento ha sido imparable. Tanto, que las noticias generadas tras sus éxitos han provocado un retorno en la ciudad de 72 millones de euros.
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