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Si hay alguien en Bilbao que sabe realmente lo que se encontrará mañana (19.15 horas) el Surne en el PAOK Sports Arena de Salónica, ... en el partido de vuelta de la final de la FIBA Europe Cup, es el expívot griego Dinos Angelidis -5 de abril de 1969-. Desde el restaurante de comida helena Grecocina que regenta la última década junto a su cuñado en el centro de la capital vizcaína avisa que los hombres de negro deberán estar preparados para abstraerse de un ambiente hostil que califica de «infierno». «En Salónica están preparando el partido desde que terminó el de Miribilla y el equipo que mejor sepa llevar esa presión alzará el título», adelantó.
Él mismo sintió en primera persona la tremenda presión que ejercen los hinchas tanto del PAOK como del Aris dentro y fuera de la cancha, ya que militó en ambas escuadras. De hecho, la mayor parte de su fructífera carrera deportiva la desarrolló en el Aris, donde coincidió con leyendas del baloncesto heleno como Nikos Galis y Panagiotis Giannakis, entre otros. Precisamente, defendiendo la camiseta amarilla del equipo conocido como 'El emperador' -lo hizo desde 1990 hasta 1999- fue donde consiguió sus mayores logros. La Recopa de Europa de 1993, la Korac de 1997, la liga de 1991 y dos copas griegas (1992 y 1998).
Tras ese último título copero, decidió enfundarse la camiseta del eterno rival, el PAOK, algo que «todavía no me han perdonado», enfatiza. Al echar la vista atrás no olvida que «en el primer entrenamiento me tuvieron que defender mis compañeros porque había unos 200 hinchas que esperaban fuera». Durante esta semana, Angelidis ha conversado en varias ocasiones sobre «la sangre caliente de los griegos» con el pívot del Bilbao Basket Marvin Jones, que también defendió la bandera del PAOK durante una temporada y es un asiduo comensal de su local de la calle Henao, «porque le gusta la comida mediterránea».
«Le he dicho que haga de cicerone en este sentido y vaya preparando a sus compañeros de lo que se van a encontrar. Es un equipo joven y se puede ver afectado. Más de 8.200 aficionados griegos ejercen mucha presión, algo que también puede jugar en contra del cuadro local si no consigue sacudirse los nervios por la obligación de remontar», advierte.
Tras dejar el baloncesto profesional al término de la campaña 2000-2001 -ese curso militó en el Dafni ateniense-, el expívot afincado ahora en Bilbao decidió olvidarse del deporte de la canasta, aunque realmente no ha podido hacerlo del todo porque uno de sus hijos -tiene mellizos- ha decidido seguir sus pasos y con 15 años y 1,95 de altura milita en las categorías inferiores del Bilbao Basket. Barajó varias alternativas y finalmente apostó por emprender una nueva aventura en el mundo de la hostelería. Abrió un establecimiento en el edificio neoclásico de su propiedad enclavado en el corazón de la capital griega. El negocio iba viento en popa hasta que llegó «la crisis de 2015 en Grecia y las cosas se torcieron». El país, de hecho, entró en bancarrota y tuvieron que rescatarle.
Ante el cariz que había tomado la situación, Angelidis tenía decidido marcharse a Estados Unidos, pero la vida le tenía preparado un cambio de guion. «Mi cuñado tenía unos amigos en Balmaseda a los que conocía desde hacía años por participar en un juego de estrategia en internet que le invitaron a venir, y como mi hermana no podía viajar en esas fechas, le acompañé yo. El último día de aquellas minivaciones de 2016 vimos este local y como nos encantó la ciudad, el ambiente y la forma de ser de la gente no lo pensamos dos veces. Como exjugador de baloncesto tengo claro que mi casa está donde está mi cama y Bilbao es mi segundo hogar», resalta.
El miércoles pasado -día 16- estuvo en Miribilla disfrutando del primer envite entre el Bilbao Basket y el PAOK gracias a su amigo Marvin Jones, y tiene claro que «ambos equipos tienen muchas similitudes en su juego» y cimentan buena parte de sus posibilidades en el lanzamiento exterior, «sobre todo desde la línea de tres puntos que es lo que se lleva en la actualidad». Sin embargo, habiendo jugado de pívot -2'06 de altura- echa en falta «una mayor presencia del juego interior en el baloncesto moderno».
Angelidis no quiere hablar de favoritos ni de pronósticos, pero tiene claro que el Bilbao Basket debe afrontar la vuelta en Salónica «olvidándose de los 7 puntos de ventaja logrados en la ida». «El que sepa mantener la cabeza fría y consiga que fluya su juego primero, algo que ninguno de los dos equipos pudo hacer en Miribilla porque jugaron a rachas, tendrá mucho ganado», avanza. El expívot de Aris y PAOK no se perderá el segundo asalto de la final de la FIBA Europe Cup mañana «por nada del mundo». «Abrimos todos los días, pero me he cogido la tarde libre. Espero ver un buen baloncesto y que gane el mejor», concluyó.
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