
Los héroes de Salónica tienen la palabra
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Jugadores del Bilbao Basket asimilan poco a poco la gesta de Grecia, donde aprendieron lo que es sufrir, resistir, caer y levantarse para ser campeonesSecciones
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Europe Cup ·
Jugadores del Bilbao Basket asimilan poco a poco la gesta de Grecia, donde aprendieron lo que es sufrir, resistir, caer y levantarse para ser campeonesNo hay más que felicidad en sus miradas, calma después de la tormenta, satisfacción por un éxito sin precedentes en el cuarto de siglo de ... vida del Bilbao Basket. Justo en el año en el que el club sopla las 25 velas, los hombres de negro pusieron encima de la tarta el título de la FIBA Europe Cup. Lo hicieron en un contexto tan adverso, en unas condiciones ambientales tan desfavorables, que la conquista del primer trofeo profesional de su historia viene acompañado de un poco de épica. «Ganar es la mejor sensación del mundo», afirma rotundo Xavi Rabaseda. El capitán del Surne, quien cuenta en su palmarés con una Copa del Mundo, dos ligas ACB, una Copa del Rey, dos Champions, una Copa Intercontinental y dos Supercopas de España, celebró el éxito logrado en Grecia como si le fuera la vida en ello. ¿Por qué?«Porque ganar es muy difícil». Sabe mejor que nadie lo que cuesta ponerse la etiqueta de campeón.
El Bilbao Basket la tiene metida bajo la piel y ganada a pulso en un pabellón que asustaba y seducía al mismo tiempo. La experiencia de Salónica fue tan intensa, dura, complicada e inspiradora a la vez que resulta complicado descifrarla con palabras. «No puedes describirlo si no has estado aquí», manifestó todavía sobre el parqué del PAOK Sports Arena Harald Frey, uno de los héroes de la final. Tiene razón. Había que pasar tres horas dentro de aquella caldera para comprender la magnitud de la hazaña rubricada por los hombres de negro. Un pabellón abarrotado, cuna del ruido, en el que llovían rollos de papel, retumbaban cánticos, ondeaban banderas, subían y bajaban los tifos, había más aficionados que asientos y miles de personas animaban con el torso desnudo era el escenario de una batalla en la que aguantó de pie el Surne. Dicho esto, más allá del envoltorio, hay que subrayar que no hubo ningún incidente reseñable más allá de los insultos habituales y algunos escupitajos a la delegación bilbaína
.
«Es la primera vez que formo parte de algo tan grande como esto. Es algo histórico y lo recordaremos para siempre», confesó Frey en una pista llena de papeles, confetis y agua. «Estamos tan felices... Hemos trabajado todo el año para ello. Lo que hemos hecho en Salónica –acotó el base noruego– quedará para siempre entre este grupo de amigos. Empezamos en Miribilla, con nuestra magnífica afición, y trajimos la final aquí. Jugamos una gran primera parte –los vizcaínos se fueron al vestuario con un magnífico 39-49– y ellos remontaron en la segunda. Es difícil competir aquí, en esta cancha, así que solo puedo definir el título como histórico. Es eterno».
Hablaban por los ojos los jugadores del Surne, que tratan de asimilar poco a poco la magnitud del éxito. Más allá de los chicos del baloncesto adaptado, del BSR, la franquicia de Miribilla es el primer club de Bizkaia en conquistar un trofeo continental. «Y lo hemos hecho en medio de mucha adversidad. El año ha sido duro pero termina con un premio enorme», explica Rabaseda, quien pasó por una complicada lesión de mano y una meningitis que le llevó al hospital. Aceleró los plazos de recuperación y se vistió de corto sin estar del todo bien para echar una mano a sus compañeros, consciente de que su presencia en Salónica daría confianza al vestuario. «No sabía si iba a llegar, pero ya no puedo pedir más. Estoy contento por el equipo, la gente y la ciudad. ¿Qué diría a la afición? Que disfrute porque ganar es muy difícil y lo hemos hecho».
«El título es para Bilbao»
El MVP de la final, Melwin Pantzar, quien acaba de cumplir 25 años, demostró en el matadero griego que está listo para liderar, anotar y dirigir al equipo en escenarios de complejidad extrema. «No voy a mentir: tener calma aquí era difícil. Pero confiamos en nosotros mismos, en el 'coach' y en el 'staff'. Estoy muy contento. Las últimas semanas han sido duras para nosotros. Hemos tenido buenos y malos momentos, siempre acompañados de una mentalidad fuerte. Este título es para Bilbao». El sueco agradeció a sus compañeros la «ayuda» para ser proclamado el jugador más valioso del doble enfrentamiento con el PAOK y además de la ciudad se acordó de la marea negra. «Es gente que nos anima cuando jugamos mal y viene siempre. Esto es para ellos y Bilbao», reforzó su mensaje.
A sus 22 años, Rubén Domínguez ha vivido una experiencia que no se olvidará jamás. «En el banquillo se pasa peor que en la pista. Lo que hemos sufrido...». El gaditano desveló que durante días había estado machacando a sus compañeros con las señales que les habían traído hasta Salónica. «Con lo que hemos hecho era imposible que no ganáramos. El triple en el último segundo en Turquía –de Ali contra el Tofas–, la remontada ante el Dijon... Ahora hemos rematado el trabajo. Y esto no es suerte, sino trabajo diario. ¿Cómo me imagino la celebración? Histórica, a la altura de lo que hemos hecho».
A Zoran Dragic no se le quitaban de la cabeza los árbitros. «Pitaron unas faltas en ataque muy raras». El esloveno, un tipo con experiencia en NBA, Euroliga y 16 equipos entre Europa y Estados Unidos, estaba exultante con el título. «Estoy feliz. Bilbao se lo merece. Esto es para siempre».
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