El uno a uno del Fuenlabrada-Bilbao Basket

No consiguió enderezar el rumbo de un equipo que salió sin intensidad y sólo apretó en la recta final. Sin capacidad de respuesta para solventar la pegajosa defensa rival.

Desacertado en el tiro, intentó aportar con penetraciones pero tampoco fue su día. El pobre uno de cuatro en tiros libres certificó una tarde para olvidar.

Perdió ocho balones y tuvo muchos problemas para dar fluidez al juego. Sólo se dejo ver en el último cuarto con siete puntos que maquillaron su actuación.

Volvió al equipo después de su lesión y se notó la inactividad. Los hombres de negro echan mucho de menos a su referente ofensivo.

Presencia testimonial. No le tomó el pulso al partido e incluso erró una penetración fácil.

Todo carácter y esfuerzo fue el faro que evitó un mayor naufragio. Con cinco triples de diez intentos se convirtió en el máximo anotador del equipo.

Acabó el partido sin capturar ningún rebote, uno de sus fuertes, dejando claro que estuvo lejos de lo que se espera de él.

Ausente y sin confianza en ataque tampoco estuvo resolutivo en tareas defensivas. En la tónica general del equipo.

El mejor del Surne. Además de su habitual labor atrás sumó puntos en la pintura e incluso se atrevió desde la línea de tres. Un oasis en el desierto.

Blando en ambos lados de la cancha. Desaprovechó una buena oportunidad para reivindicarse en la búsqueda de más minutos.

Lejos de lo que espera de él ante la ausencia de Withey. El americano se vio superado por los interiores fuenlabreños, pese a los ocho rebotes capturados.

Alguna canasta a una mano en el primer cuarto y poco más en los doce minutos que estuvo en pista. Falló incluso los dos lanzamientos de tres puntos que intentó.