El uno a uno del Bilbao Basket-Fuenlabrada: Jenkins, el mejor

El técnico de los hombres de negro no paró de buscar soluciones para frenar la intensidad del Fuenlabrada. y mantener la frescura del equipo. Las rotaciones eran constantes y así consiguió mantener más o menos entero a Balvin y gente que está justa físicamente. Buen reparto de minutos y buena pizarra.

No estuvo muy brillante el base griego, pero metió dos tiros libres cuando se decidía el partido y sacó una antideportiva a Novak. Su experiencia le vendrá bien al equipo.

Un pasito adelante del sueco, aunque todavía insuficiente. No estuvo en la anotación (solo cuatro puntos), pero dio siete asistencias y con él hubo un +16 en la cancha.

Electricidad pura, potencia a veces sin control, pero su bendita locura es clave para el equipo. Metió los dos tiros libres claves para ganar y terminó con 17 puntos.

Solo 23 segundos para el montenegrino. Testimonial.

Nunca se esconde y jamás se le encoge el brazo. Falla y vuelve a intentarlo, sin miedo al error. Es un 'killer' y lo demostró. Su triple para poner el 84-80 fue una bendición.

Gran trabajo del cacereño, quien ofreció su mejor versión en meses. Defendió como un guerrero y aportó cinco puntos en los 12 minutos que estuvo en la pista. Se le necesita.

Salvo un triple anotado en el primer cuarto, al polaco le salió todo mal. Hasta fallaba canastas cantadas y hacía aguas en defensa. Fue el único con números negativos.

Excelsa la primera parte del francotirador lituano, con 17 puntos sin fallo y una valoración de 22. Luego se apagó, pero defendió y cogió rebotes. Su muñeca es fundamental.

No tuvo su noche, pero el trabajo no faltó. Seis puntos y siete rebotes en poco más de 13 minutos, aunque se echó de menos una mayor solidez en pintura.

Se alistó para la batalla con un solo entrenamiento tras superar el coronavirus. Le costaba respirar, pero a falta de físico tiró del alma e hizo un gran trabajo en la pintura

Unos pocos minutos para el pívot, quien entró en las rotaciones para dar un poco de aire a Balvin y Toté. Siempre al servicio del colectivo.

Sabe jugar el italiano. Es grande, intimida, ocupa mucho espacio y viene de perlas a un equipo que necesita blindar la pintura. Solo ha entrenado un día con el equipo.