Trent Forrest, MVP azulgrana del Baskonia-Panathinaikos. ¿Quién ha sido el mejor para ti? Vota aquí

Su baloncesto es transparente y no engaña. Pregona un juego vertiginoso y el equipo lo cumplió sobre la cancha. Pero maneja un equipo liviano, sobre todo por dentro, para rivales tan armados como el Panathinaikos. Esfuerzo, intensidad, ritmo y el enorme peaje de la desconexión en el tercer cuarto.

Valentía y falta de complejos en una actuación que alternó errores y virtudes. Le sobraron tiros, que no intensidad. Disfruta a campo abierto.

Rosco anotador después de cuatro triples errados. Se le buscó poco y él tampoco se ofreció mucho. Puso empeño defensivo, pero se le vio incómodo.

Su formidable capacidad atlética contrasta con algunas lecturas equivocadas. Pero encarna perfectamente la intensidad  que pretenden club y entrenador

Intrascendente en un duelo de alto voltaje. Trató de aportar atrás. Sólo Samanic y Frisch, quien no jintervino ni un segundo, jugaron menos.

Buena noticia su debut y también los brotes verdes que mostró. Comprometido en tareas defensivas y apuntando su importancia futura.

De la ‘Santísima Trinidad’ con Forrest y Sedekerskis. El mejor hasta el descanso, a menos después y apareciendo de nuevo al final. Despliegue y clase.

Plenamente fiel a sus virtudes. Soporte reboteador hasta el descanso y emergiendo adelante a la vuelta de los vestuarios. En ‘modo capitán’.

No jugó.

Apenas tres minutos en el segundo cuarto para no volver a la cancha. Una pérdida y dos faltas cometidas. Galbiati no le procuró más oportunidades.

Quizá el ejemplo que mejor explica el carácter liviano del Baskonia. Pívot escaso de caja para los ogros que habitan en las zonas europeas. Déficit re

Sigue sin arrancar en su tercera campaña azulgrana. Cuatro faltas personales en menos de diez minutos. Ejemplo también de inferioridad interior.