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Pablo Sanz
Domingo, 20 de abril 2025, 22:17
Hay jugadores que cuantos más años tienen mejor compiten. Se suele decir que las mejores temporadas en la carrera de un jugador transcurren entre los ... 28 y 32 años, aunque para algunos no es más que una fase de preparación para sus mejores temporadas casi llegados a los 40. O incluso superándolos. Este es el caso de Marcelinho Huertas, viejo conocido del Baskonia, que con 41 'tacos' vive uno de sus mejores años como profesional en las filas de La Laguna Tenerife.
El base brasileño, campeón de la ACB como azulgrana en el curso 2009-2010, finalizó el encuentro con 19 puntos, 9 asistencias y 16 créditos de valoración. Unos números que acostumbra a realizar y con los que rozó el doble-doble y manejó a su antojo el ritmo de su equipo, sobre todo en los primeros veinte minutos.
Marcelinho comenzó el choque con gran acierto tanto en la circulación del balón como de cara al aro en la media distancia. Su juego fue clave para que los amarillos se fueran solo tres por detrás en el electrónico al término de los primeros diez minutos, sin dejar destacar ni a Trent Forrest ni a Ognjen Jaramaz. Les ganó la partida. El estadounidense, que terminó con 15 puntos, lo intentó a base de penetraciones, mientras que el serbio pasó desapercibido, centrado en su objetivo particular de ensombrecer la magia del paulista al mando del timón canario.
Su inagotable libreta de trucos siguió en el segundo cuarto. Su conexión con Gio Shermadini en el 'pick and roll' volvió a ser el hechizo principal sobre el que se apoyó el equipo canario. En continuación o en el poste bajo. Fuese como fuese, su dirección resultó clave para llegar un punto por debajo al descanso y que su cuenta anotadora se fuese a los 17 puntos.
Tras el paso por vestuarios, la irrupción de Huertas fue más discreta, lo que se tradujo en una menor fluidez en el juego de los hombres de Txus Vidorreta. Tal fue su ausencia que el Baskonia alcanzó los ocho puntos de ventaja, la máxima renta a favor de los vitorianos en todo el encuentro, al comienzo del tercer cuarto. Su participación fue casi nula en la tercera entrega, con Bruno Fitipaldo tomando el relevo tanto en ataque como en defensa. Huertas, mientras tanto, ayudó y aconsejó a los compañeros como un asistente de Vidorreta.
En el último periodo, el director de juego volvió a brillar, aunque no de la misma manera que en los primeros compases. Las salidas en carretón para los triples de David Kramer y la dupla conformada no solo con Shermadini, sino también con Badji, acabaron de encarillar el duelo del lado visitante. Y es que a los vitorianos se les apagó la luz desde la línea del 6,75, desde donde firmaron un 2 de 10 en triples. Ni Markus Howard, que lo intentó por activa y por pasiva, ni otros tiradores como Nikos Rogkavopulos o Luwawu-Cabarrot encontraron el acierto. Un tropiezo que complica aún más acceder a la escuadra de Pablo Laso a las posiciones de los playoffs, de las que se sitúa a un triunfo a falta de seis jornadas para el final.
Huertas sigue demostrando que la edad es solo un número. Tras su marcha de Vitoria en verano de 2019, el veterano jugador brasileño vive una nueva juventud. Ha estado presente en tres ocasiones (2020, 2023 y 2024) en el mejor quinteto de la Basketball Champions League (BCL) y uno de los máximos responsables de que su equipo ocupe la segunda posición en la tabla de la ACB a dos victorias del liderato que ostenta el Real Madrid. Un jugador emblemático y cumplidor que, pese a no destacar en su breve etapa por la NBA con la elástica de Los Angeles Lakers, todavía tiene baloncesto para rato.
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