Retroceso o puerta grande
El Baskonia mide su determinación y buena racha ante un Maccabi de trazo gordo en ataque y fina pluma en defensa
iván benito
Jueves, 10 de diciembre 2020, 04:02
Vuelta al ruedo de la Euroliga, la competición de la enfermería o la puerta grande. En la sala de curas se encuentra el Maccabi, rival azulgrana de esta noche (21:00), que trata de cerrar la hemorragia de puntos en contra que no le está permitiendo sumar las victorias que por el talento de su plantilla se le presuponen. Y más cerca de salir en brazos están los de Dusko Ivanovic, rebosantes de confianza y con la sensación de poder competir contra cualquiera que sea el oponente.
El Baskonia ha elevado el ritmo en las últimas semanas. Si se mira la hoja de ruta de las últimas jornadas de competición, se vislumbran cuatro victorias consecutivas. Una aparente racha que engaña. Entre medias, se disputó el duelo aplazado contra el Zenit, en el que Xavi Pascual añadió una presa más a la tela de araña que está construyendo. La Euroliga seduce y embauca. Un día apabullas al Efes, ganador moral de la temporada pasada, y entras en el selecto club de los ocho mejores. Y antes del partido siguiente, te das cuenta de que ese pasaporte ya no vale.
Porque Larkin se recuperó del golpe enseguida y junto a Micic, volvieron a colarse en el 'top 8' tras ganar al Asvel en otro de los partidos reprogramados. Ya solo faltan cuatro por disputar, entre ellos el Alba de Berlín-Baskonia de la noche de Reyes. La nube que amenazaba con dejar caer hasta sapos y culebras comienza a alejarse. Aunque el coronavirus, como el algodón, no engaña. Tocamos madera y volvemos a la estricta competición, donde el Efes subió la apuesta a siete victorias para estar entre los mejores y los vitorianos están en disposición de verla.
Los azulgrana, a pesar de contar con el trilero Henry a la cabeza, no van de farol. Se lo impide su reputación, labrada en cada una de las torres del Buesa, que le empuja a batallar en cualquier circunstancia. El mismo prestigio que ha esculpido durante décadas el Maccabi y que tan solo un lustro malo no puede borrar. El duelo, que hoy llegará a la treintena, bien se podría considerar como clásico.
Duelo de bases determinantes
La historia, aunque los israelíes siempre han vencido en los duelos claves, favorece a los locales pero esta campaña no atiende a ninguna lógica. El factor cancha, que siempre se había considerado como un elemento para desequilibrar la balanza, ha desaparecido. De 104 partidos disputados, 52 victorias visitantes y otras tantas para los de casa. En el Buesa, tres victorias (Madrid, Fenerbahce y Panathinaikos) y tres derrotas (Barcelona, Asvel y Zenit). Balón al aire y a desempatar.
El primer ataque lo dirigirán Henry o Wilbekin. Suena atractivo el duelo, dos bases muy diferentes entre sí pero igual de decisivos. El del Maccabi, más anotador, se parece más a Larkin, ambos nacionalizados turcos pero no compañeros de selección. Capaz de ganar partidos él solo. Y también de perderlos. Esa es la losa de un Maccabi sobrado de talento americano (los 113 puntos anotados en el partido la temporada pasada lo atestiguan) potencial interior y problemas defensivos. Trazo gordo en ataque y fina pluma atrás. Un choque de estilos en una Euroliga que engaña. Una semana estás en play off y la siguiente en el vagón de cola. Retroceso o puerta grande.
Dusko Ivanovic: «Vildoza está un poco mejor pero dudo que pueda jugar»
No es optimista Dusko Ivanovic sobre la participación de Luca Vildoza esta noche. El argentino continúa haciendo su trabajo de rehabilitación, apartado del grupo, para curar cuanto antes la lumbalgia que le ha hecho perderse los tres últimos partidos. «Está un poco mejor pero dudo que pueda estar».
A Henry le volverá a tocar remar un poco más sin Vildoza, aunque el montenegrino cree que hay otros jugadores que pueden «ocupar su rol». «Jugaremos mejor», aseguró en comparación al encuentro liguero contra Acunsa GBC. Así lo exige el rival, un Maccabi que, según analizó Ivanovic, es «un equipo muy agresivo, excelentes en transición, ataque y rebote y con tres o cuatro jugadores capaces de jugar situaciones de 'pick & roll' y sobre todo uno contra uno».
El técnico, que aconsejó recordar el partido del año pasado y no mirar la mala clasificación israelí, se mostró preocupado por la velocidad del rival. «Lo primero que tenemos que hacer para tener opciones de ganar es jugar cinco para cinco». Clave, como siempre la defensa, para la que empleó una curiosa similitud. «Nuestras siglas (TD Systems) son ideales. Todo Defensa. Tridimensional. Deseo, disciplina y devoción. Si cumplimos esto, vamos a luchar por ganar algo importante», concluyó.
