Real Madrid 81-85 Baskonia

Costello rubrica la poesía de Thompson

Sin duda, un desenlace que premia con absoluta justicia la entereza de un bloque -el de Joan Peñarroya- repleto de orgullo, entregado a la defensa desde que enmendó sus concesiones iniciales y dueño de una mentalidad siderúrgica. El parcial de 3-14 en los cuatro minutos que incluso anunciaban nubes de prórroga cuelga un diploma de honor en las paredes azulgranas. Dos triples de Costello, un mate suyo tras pícaro saque de banda y otro dardo de un Howard que había perdonado la sentencia desde la lejanía en el tercer cuarto se sumaron para otorgar al Baskonia su cuarto triunfo continental como visitante.

Una victoria que atornilla al cuadro vitoriano en los puestos nobles de la Euroliga a siete jornadas del 13 de abril. Un éxito que aún debe de convalidarse, desde luego. Un puntazo difícil de imaginar antes de arrancar la campaña. Una ficción entonces con pintas de documental ahora tras una primera vuelta soberbia y la constatación plena de que la directiva clavó los fichajes estivales. Incluido el otoñal y sobrevenido de Henry, envuelto ahora en una manta de silencio.

Porque resulta inevitable preguntarse qué sería de este grupo alavés con Pi integrado en el ticket electoral del presidenciable Darius. Bueno, lo que mostró durante aquel diciembre colosal hasta la retirada del ex-rastafari al arcén. Porque a la elegante y sobria eficacia de Thompson se unían entonces las aportaciones mayúsculas del virginiano. Ahora cada descanso del timonel se traduce en respingos de la parroquia azulgrana.

El duelo de ayer, un partidazo por tensión, intensidad y jugadores de primerísimo nivel en ambos bandos contuvo tantas historias que los relatos podrían escucharse atropellados. Pero la única materia obligada de estudio en esta universidad de invierno que fue el compromiso del WiZink Center alude a la trascendencia de hombres determinantes. Empezando por el base azulgrana, un chollo para los pívots por sus asociaciones con ánimo de lucro. Estéticas asistencias para las continuaciones de Kotsar o sacando la pelota al arco para los proyectiles envenenados de Costello. El guía que maneja la fórmula del 'tres en uno': anotación, alimento para los compañeros y defensa. Lo escrito tantas veces, una joya preciosa en el escaparate del lujo.

Igual que carecería de sentido eludir la relevancia de Tavares, el pívot determinante que ya en el último cuarto bien pudo arruinar el merecidísimo premio de Darius y compañía en este modo de sociedad ilimitada. El descomunal poste caboverdiano nubla vistas debajo de su aro, amedrenta y condiciona. Y atrae tantas atenciones en la zona que libera a los tiradores y, desde esa atalaya, se siente capaz de arruinar empeños ajenos. De hecho, con el estimulante 50-59 en el marcador del minuto 26, Musa -enorme en ataque mediante penetraciones y tiros lejanos- y el eterno Rudy con sus triples se encargaron de zanjar el estado local de pánico y reconducir la velada a los términos de la paridad.

La que solventó Matt con su triple decisivo para rendir tributo a la coreografía defensiva -anticipaciones y ayudas- de un Baskonia rebozado de compromiso hasta las cachas para arrebatar posesiones a un Real Madrid de mirilla afilada. Sí, hubo justicia con los versos del poeta Darius.